miércoles, enero 09, 2013

Greg Brown, fuera de la ley de los sentimientos


Mi padre llegó a casa tranquilo como la noche, con sus zapatos gastados. Me di cuenta por sus hombros que estaba triste (que tenía el blues). Dijo: “hijo, tu madre se ha ido y no puedo decir cuándo va a volver. Hey ¿quieres cantar una canción conmigo?

Esas eran las frases con las que Greg Brown abría su primer disco, Hacklebarney, en 1974. Un tema llamado «My Pa, He Came Home Quiet as the Evening» que recoge toda la esencia de lo que iba a ser su carrera musical. Porque a menudo calificado como un simple cantante de folk, Gregory Dane Brown, casado desde 2002 con la también cantante Iris DeMent, es mucho más que eso. Brown es la esencia del storyteller, un alquimista capaz de tornar los sentimientos y la cotidianidad en canciones que te arrancan el alma paso a paso. Un outlaw, pero no al estilo de Waylon Jennings o Willie Nelson. Ellos permanecían al otro lado de las leyes terrenales. Brown en cambio camina con soltura por la fina línea de las leyes de los sentimientos, que sólo traspasa cuando lo considera necesario. Esas que no están escritas. Que no tienen códigos, ni artículos, ni intérpretes. Senderos sin final aparente pero que se han de caminar con paso firme. El paso que ha llevado a Brown a una carrera de 25 discos en estudio y numerosos directos que culminaban el pasado 2012 con el espléndido Hymns for What is Left.

Puedes leer el resto de este texto que he escrito para El País en La Ruta Norteamericana.

Sonando: Cold & Dark & Wet de Greg Brown

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