Indiscutible muestra de
poderío la que ofreció Jack White a su paso por el Cruïlla barcelonés. El de
Detroit demostró la razón por la que muchos lo consideramos la última (en todos
los sentidos, ordinal y situacional) gran estrella surgida en el mundo del
rock. Con una banda mucho más minimalista que en anteriores visitas, el siempre
histriónico White, que decidió por ejemplo colocar a los fotógrafos en la mesa
de sonido, hilvanó un show picoteando de toda su discografía. Tocó todos los
estilos posibles y en todos demostró una excelencia a la altura solo de los
grandes. Convirtió «Hotel Yorba» de The White Stripes en un tema semi country
del siglo XXI, mostró en «Connected By Love» que las canciones de su último discutido
trabajo encajan a la perfección dentro de su concepto de espectáculo, confirmó
el carácter de hit que tiene ese «Steady As She Goes» de los nunca
suficientemente valorados Raconteurs, y sucumbió, en el buen sentido, al rock
de estadios con la inevitable «Seven Nation Army», durante la cual rompió una
cuerda de su guitarra, cambiando la afinación en las cinco restantes mientras
la canción continuaba para seguir atacando su famosísimo riff. Además, estuvo
simpático, comunicativo y con muchas ganas de agradar. Reafirmando su condición
de súper estrella del rock y privilegiado instrumentista. Con aroma a genio.
Publicado en Ruta 66
Sonando: Steady As She Goes de Jack White
Foto: Xavier Mercadé
3 comentarios:
Hay dos tipos en este monton años que.. o te vuelven loco maravillao.. o te destrozan el follon musica llevan en la cabeza, casi toda buena pero a veces tan a granel..Uno el Jack este y el otro el tal Ryan
No hay tipo más sobrevalorado que este y calificarlo de genio, en disco y en directo, es un insulto a la inteligencia de la gente.
Me sorprende que te sorprenda tanto. Su música está tan vacía....
Ni tanto Jose Luis ni tan poco Paco
Publicar un comentario