Tipo listo Ray Celestin. Ya lo demostró con “Jazz para el asesino del hacha”.
¿Para qué inventar un argumento de novela negra si la historia ya nos
ha dado muchos? Así que basta con irse a los periódicos de principios de
siglo, buscar algún crimen real y novelarlo. Solamente te falta meter a
personajes de sobras conocidos por todos para tener un best-seller
en ciernes. Si además eres capaz de organizar tu escritura como si se
tratara de una canción de Louis Armstrong y lo metes a él en el
argumento ya lo bordas. Y eso es lo que ha hecho en sus dos novelas el
británico.
En este caso, el novelista nos traslada hasta el Chicago de 1928 para, a ritmo de “Dead Man’s Blues”, un clásico del jazz, meternos en la ciudad de un Al Capone cuyo poder parece tambalearse. Con ese paisaje nos movemos entre las aventuras de Ida Davis y Michael Talbot, dos detectives privados con ganas de crecer profesionalmente, y el sicario del hampa Dante, encargado de resolver un caso de envenenamiento para el capo mafioso más conocido de todos los tiempos. Alcohol, heroína, putas y pistolas con silenciador se mezclan en una obra bien escrita y que no pretende ir más allá de donde llega: al más puro entretenimiento. No es Dennis Lehane pero cumple sus objetivos.
Publicado en Mondosonoro.
Sonando: Dead Man's Blues de Matt Woods
En este caso, el novelista nos traslada hasta el Chicago de 1928 para, a ritmo de “Dead Man’s Blues”, un clásico del jazz, meternos en la ciudad de un Al Capone cuyo poder parece tambalearse. Con ese paisaje nos movemos entre las aventuras de Ida Davis y Michael Talbot, dos detectives privados con ganas de crecer profesionalmente, y el sicario del hampa Dante, encargado de resolver un caso de envenenamiento para el capo mafioso más conocido de todos los tiempos. Alcohol, heroína, putas y pistolas con silenciador se mezclan en una obra bien escrita y que no pretende ir más allá de donde llega: al más puro entretenimiento. No es Dennis Lehane pero cumple sus objetivos.
Publicado en Mondosonoro.
Sonando: Dead Man's Blues de Matt Woods
No hay comentarios:
Publicar un comentario