Lecturalia (especial verano 2014)

Ya que el mes de julio no hice el repaso de los libros leídos habitual de esta bitácora, vamos a incluirlos junto a los de agosto en este “especial verano”.

La vida por el fútbol - Roman Incht (337 págs.). Bielsa, Bielsa y Bielsa. Qué bien me lo pasé leyendo este libro sobre uno de los entrenadores más grandes de la historia del fútbol. Un crack.

Ráfagas – Marcelo Champanier (87 págs.). El músico argentino recupera textos que tienen relación con su llegada a España y posteriores movimientos. Algo deslavazado. 

32 maneras de saber que estás muerto – Guzmán López (209 págs.). Buen volumen para recapacitar sobre la vida y como uno la va viviendo. Reseñado en el Ruta de este mes.

Un paso en falso – Harlan Coben (270 págs.). Myron Bolitar en una nueva aventura que como todo lo de Coben engancha.

Cash – Johnny Cash & Patric Carr (315 págs.). Relectura de uno de mis libros  favoritos de siempre. Man in black en estado puro.

La 4ª – Mario Crespo (211 págs.). Espléndida novela que, la verdad, me ha asombrado por su nivel. Un futuro imaginario y un presente muy real. Muy bien escrita y muy bien pensada.

A cuento de nada – Rafa Pons (118 págs.). Volumen de cuentos entretenido con muy buenos momentos cargados de ironía.

Cuentos de la ballena azul – Jonathan Vidal (80 págs.). Los recuerdos de mi amigo BB plasmados por escrito. Muy divertido. Aunque no se me nombre estuve presente en varios de los momentos que explica.

From a whisper to a scream – David Moreu (256 págs). Conjunto de entrevistas con personajes esenciales de la historia del soul. Muy bueno.

LIBRO DEL VERANO

Who I Am – Pete Townshend (466 págs.). Qué bien lo he pasado leyendo esta autobiografía del guitarrista de los Who. Imprescindible para cualquier amante del rock.

Sonando: I can see for miles de The Who

The Gaslight Anthem, doloridos a medias

Me pide Jordi Pujol Nadal que de mi opinión sobre el último disco de The Gaslight Anthem. Pues ahí voy. Definiría el nuevo disco de Brian Fallon y los suyos como una ex banda de punk haciendo algo más pop para sonar en las radio fórmulas. Toma ya. Me he quedado descansado ¿no? Pues que sepan que no es ni lo pretende una declaración negativa. Me explicaré.

Cuando digo que es una ex banda de punk lo hago sabiendo que nunca lo ha sido realmente, pero sí tenían el espíritu. Ay, pero esa palabra que tanto miedo da como madurez ha llegado a la banda. Y a pesar de eso no es malo. Diría que casi necesario. Sus últimos discos no tienen el furor de The 59’Sound, claro, pero es que quizá estaría fuera de lugar. Fallon, alma máter del combo, ha ido evolucionando hacia posturas más reflexivas como demuestra su proyecto paralelo, The Horrible Crows. Pero que nadie se asuste. En este Get Hurt queda mucho rock.

Y eso liga con mi siguiente afirmación. Ese “haciendo algo más pop”. Es evidente que las estructuras han cambiado y que se intentan hacer más amables, por momentos. Pero eso no es malo joder. No defenestremos el pop inercia. Y esto acaba en el tema de las radio fórmulas. A ver qué grupo no quiere sonar en las radios. Que nos gusta ser más papistas que el papa. Lo que me temo es que no lo van a lograr, porque no son banda para eso.

Si me preguntan por mi nota, sería un bien alto, rozando el notable, al que no llegan por una producción excesiva. Eso sí, la portada esa tan fea que se han sacado de la manga es para hacérselo mirar. Por cierto, y ya que no lo he dicho, «Stay Vicious» me parece un temazo.

Sonando: Stay Vicious de The Gaslight Anthem

Ryan Adams, homenaje a sus orígenes

“Qué talento tiene Ryan Adams” me decía mi amigo Quique González el otro día mientras nos comíamos una espléndida paella de verduras en l’Escribà de la playa de Bogatell. Y no puedo estar más de acuerdo. Ya pueden empezar a arrepentirse aquellos que no quisieron gastarse doce dólares en comprar 1984, su flamante 7” (a la espera de su homónimo disco) por el que se empiezan a pagar cifras de hasta 300. Nada menos que 10 vitamínicos temas en un 7”que rinde homenaje al punk, estilo por el que Adams siempre ha sentido predilección, y en especial a “los primeros lanzamientos de Dischord SST y Touch & Go”. Por eso los nombres de Minor Threat, Fugazzi, Black Flagg o The Avengers tienen que venirse necesariamente a tu mente cuando oyes un disco que, ojo, despistará a los que entienden al de Jacksonville solo como un divo del rock americano alternativo. Seguro que a su amigo Jesse Malin le ha encantado, y a mí también.

Sonando: Broken Eyes de Ryan Adams

Nuevo curso

Vuelta al tajo. La vida parece haber decidido tomarse trazos de normalidad, aunque está en manos de cada uno (siempre es así) ir buscando esas pinceladas de excepcionalidad que dan chispa a la existencia. Evidentemente, mis chispazos más luminosos los dan mis hijos y mi mujer. También mis amigos. Ayer mismo viví uno de ellos con una tarde de esas destinadas a quedar mucho tiempo en la estantería de los buenos recuerdos. Y, por supuesto, la música, la lectura, el cine…Este verano he leído mucho y, aunque he escuchado menos música de lo habitual, no he podido dejarlo del todo. El adicto siempre vuelve a su adicción. Como decía Cash, nunca se cura. Como avance, he podido meterme a fondo en el buen homenaje que Eric Clapton ha dedicado a su ídolo JJ Cale con gente como Tom Petty o John Mayer, he descubierto por sorpresa el buen disco de El Meister, me he empapado de la revisión del Bitter Tears de Cash a cargo de gente como Emmylou Harris o Rodney Crowell, he empezado a entrar en lo nuevo de Elliott Brood, he confirmado que el de Petty me parece un disco excelente, he ido alternando los singles de Shooter Jennings y Ryan Adams (cómo espero su disco), he descubierto el rock’n’blues agresivo de Benjamin Booker y me ha encantado y he disfrutado con la vuelta de Brian Setzer al rock and roll más clásico. No está mal ¿no?

Sonando: Troubled Man de John Mellencamp