En 1993, David Broza, cantautor israelí con una fuerte
influencia de la música de su país pero también del rock americano más
springstiniano lanzaba el disco Time of
Trains. Se trataba de su undécimo trabajo, el cuarto en inglés aunque esta
vez la publicación se hizo también en hebreo bajo el nombre de Zemán Rakavot. Y la sexta de sus
canciones era uno de esos temas sencillos tremendamente adictivo, «The Change».
Cargada de simbología típicamente yanki como borrachos, prostitutas y sacerdotes
en un mismo verso, autodefinido como autoestopista hacia el sur que ha vendido
su alma al diablo, Broza enlaza sobre un colchón de guitarras acústicas una
bonita melodía que hace sonreír cada vez que la casualidad te permite
tararearla. En esa sencillez está su grandeza y aunque hay canciones mejores, a
mi me gusta tener algunas de este tipo siempre cerca. Rarezas que uno tiene.
Sonando: The Change de David Broza
No hay comentarios:
Publicar un comentario