Eso es lo que me he llevado al oir el nuevo disco de Solomon Burke. Uno de los grandes que aún nos quedan. Su nuevo disco, producido por Willie Mitchell, lo siento, pero no tiene el nivel de la excelente trilogía que forman Don’ Give It Up On me, What You Got y Nashville. Con Like a Fire, en 2008, ya se bajó el nivel. Y con éste me atrevería a decir que está incluso por debajo. No entiendo muy bien el por qué ¿Producción? ¿Canciones? El grandote reverendo Burke era de esos tipos que amenazaban con un final de carrera casi al mismo nivel que sus años gloriosos o más. A lo Cash. Pero con estos últimos dos discos, aunque lo siga pareciendo, lo hace un poquito menos. Eso sí. Esa voz sigue ahí ¿eh? Nothing’s Imposible no es tampoco un descalabro ni un disco inescuchable. Se deja escuchar y mucho. Incluso se disfruta. Quizá, simplemente, es que la trilogía que citaba antes es demasiado grande…Puede que Solomon vuelva a sorprendernos en el próximo ¡Quién sabe! Haciendo un chiste fácil, nada es imposible.
Sonando: Oh What a Feeling de Solomon Burke
1 comentario:
No lo he escuchado todavía...A ver que tal..
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