"Son muchos y son uno. Asociación mutante y sorprendente, tienen siempre la figura y el modo de entender la música de Santi Campos. Si su apreciable trabajo anterior, también publicado bajo el sello indiano, irradiaba una cierta tensión y también transmitía tensión interpretativa este "tributo velado a S.C." que no lo es tanto, por evidente, fluye a ritmo de buen roll, compañerismo palpable y buenas canciones. Buena parte de ellas son de Campos, pero Eduardo Izquierdo no se queda atrás y aporta magníficos temas propios y demuestra conocer el terreno que pisa, fisgando en el interior de la mente de Santi e interpretando a la perfección sus pensamientos. Así «Bob Dylan» se transforma en un pedazo de soft-rock angelino, «Confesión» se convierte en un adictivo acierto que cuesta expulsar de tu cerebro y la austera «Duérmete mi vida»- mano a mano con Maika Makovski- confirma lo que ya insinuaba minutos antes la emotiva «Por quién ríe Baby June»: que lo único no justificado en esta ocasión es el nombre de la banda. El disco no huele a alcohol ni deja el cerebro dolorido como una resaca bukowskiana; desprende la agradable sensación del abrazo sincero tras culminar con éxito una buena canción, transmite la ilusión de escuchar latir un corazón recién estrenado. Produce con su habitual eficacia y calidez Álex Vivero"
Sonando: Mi mansión de Hendrik Röver
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