¡Qué bueno Chuck!

Ese era el comentario generalizado al salir ayer del Teatro Zorrilla del bolo de Chuck Prophet ¡Qué bueno! ¡Qué conciertazo! Imperdonable para cualquier amante de los sonidos americanos haberse perdido esta gira. Prophet está en mejor forma que nunca y su último disco se me antoja el mejor de su carrera, y me atrevo a incluir aquí sus tiempos en Green On Red. Y eso que el Zorrilla es un terreno difícil, sobre todo cuando, como ayer y de manera incomprensible, apenas roza la media entrada. El Blues & Ritmes es un proyecto cojonudo, en el que Jordi i Guillem invierten cada año su esfuerzo e ilusión consiguiendo traer a este país a gente que de otra manera sería casi imposible ver. Un ejemplo claro es la próxima vistita de Randy Newman. Quizá por eso acabamos el bolo haciéndoles reverencias.

Pero el Teatro Zorrilla, lugar habitual de esos conciertos, no deja de ser un teatro y a algunos no se nos hace el lugar más adecuado para ver rock and roll poderoso como el que ayer vino a darnos Prophet. La solución, fácil. Que el artista haga como Chuck ayer. Darlo todo desde el primer momento y encargarse él de calentar el ambiente, por lo menos en cuanto a lo musical. Una pega, por poner una, es que fue un poco escueto con los bises y apenas nos dio una canción como guinda. Pero cuando en un bolo de más de hora y media todo el mundo sale diciendo que se le ha hecho corto, por algo será ¿no? Soberbio concierto. Desde ya a la lista de lo mejor del año.

Sonando: Let Freedom Ring de Chuck Prophet