Ya anda por mi iPOD el nuevo disco de Jesse Malin. Recuerdo el primer disco suyo que compré. Fue No Lunch de D-Generation y me costó 500 pesetas en la ya desaparecida Discos Balada de la Calle Pelayo de Barcelona. Me encantó aquel disco. Qué rabia, qué fuerza. Era punk-rock de verdad. No del hecho para la MTV. Como todos sabeis la banda se acabó y Jesse Malin decidió unir sus fuerzas con Ryan Adams para iniciar su carrera en solitario. Algunos le criticaron pero a mí no se me ocurría mejor opción para hacerlo. Se entendían, tenían más o menos la misma edad, los dos amabn el punk pero también la música de raíces americana ¿dónde está el problema? Todo se acabó con la publicación del primer disco en solitario de Malin. The Fine Art of Self Destruction (2000) fue alabado por la crítica y el público por igual. Un disco más influido por Dylan que por los Ramones. Producido por Adams, cuatro estrellitas en Allmusic y tres en la Rolling Stone no están nada más para un debut.
Conocí a Malin hace dos o tres años. Quedé con él para una entrevista para el Ruta en la sala Privat de Mataró. Da gusto cuando admiras a alguien llegar y comprobar que es el tipo más normal y afable del mundo. Y eso es lo que pasó con Jesse. Preocupado porque el ruido de la sala igual se colaba por mi grabadora y luego no iba a poder transcribir mi entrevista. Me invitó a beber, me explicó leyendas sobre él que no eran ciertas y otras que sí lo eran. Reímos y charlamos como si nos conociéramos de toda la vida. Él estaba presentando Glitter In The Gutter, un disco que a mí me parece realmente bueno y que esconde joyas como esa «Lucinda» dedicada a la gran Lu Williams.
Y ahora llega Love It To Life, su nueva entrega, en el que se hace acompañar por una banda a la que ha llamado The St. Marks Social. Y el disco vuelve a ser sabroso, sabroso. Malin domina a la perfección ese terreno entre el americana y el rock más clásicos con evidentes dejes punks que provienen de su pasado. Abre rockero y luego se suaviza para ir soltando algún ramalazo potente. Me ha encantado. No será el mejor disco del año, ya os lo digo. Pero Malin se está convirtiendo en un tipo más que fiable a la hora de ir a comprar un disco suyo y eso no lo puede decir cualquiera.
Sonando: St Mark’s Sunset de Jesse Malin
2 comentarios:
tras la disolucion de D-Generation odie a malin, y su primer disco no me gusto nada.
los ultimos me han gustado mas, y he ido apreciandolo con el tiempo.
Su debut me gustó mucho, su segundo álbum no tanto, y el show que dió en el RAZZ 3 estuvo más que bien. Todavía no le prestado atención a este último...A ver que tal. D GENERATION eran grandes!!!!!!
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