Hacía tiempo que no me detenía en él, y desde ayer lo pongo una y otra vez. Sin parar. The House of Judah. Así se llama la cosa. Firma, Bob Dylan. No, no es un nuevo disco del profeta. Es, simplemente, el disco perdido. Así reza en su portada. The Lost Live Album, con un Dylan disfrazado de pantocrator en un dibujo. Esa edición que reclamo para sus próximas Bootleg Series. Un concierto soberbio. Aseguran los más grandes expertos en Dylan que estaría entre los 5 mejores conciertos de su carrera, aunque no se ponen de acuerdo si el título lo merece el del día 18, el del 19 o el del 20 de abril de 1980 en el Massey Hall de Toronto. Este bootleg recoge el que más me gusta a mí, el de en medio. La versión que pensaba editar Sony y de la que nunca entenderé la razón por la que no lo hizo. Incluye sólo ocho temas, pero vaya temas. Dejan en pelotas a todos los críticos de la etapa cristiana de Dylan. Porque su majestad se sale.
Inicia brutalmente «Gotta serve Somebody», y ya te das cuenta que la producción de Mark Knopfler en Slow Train Coming quizá no era la adecuada. Demasiado celestial, curiosamente. Demasiado limpia. Algo de suciedad, de mundanidad no les va nada mal a esos temas. Le sigue «Covenant Woman» y pienso en Quique González. No sé porqué pero se me antoja que el sonido que anda buscando en sus últimas canciones no se aleja demasiado de eso. Tengo que encargarme de que lo escuche. «When You Gonna Wake Up» es furiosa. Le falta decir “¿te enteras?” al final de cada frase. Ese estribillo. Esa aceleración. «Precious Angel» es como tiene que ser. Preciosa. Es la que más knopfleriana le queda en directo, y quizá eso demuestra que es la que absorvió mejor la producción del dire strait, incluso en el disco. Con «Slow Train» vuelve la furia. Estoy aquí para que te enteres de qué va esto, pecador. La ira de Dios puede caer sobre ti en cualquier momento y si no, aquí está la mía. «Solid Rock», aparte de darle nombre a este Bootleg en otras versiones, arranca explosiva. Como no. Otra vez la ira del Señor ¡y qué bien le sientan a Dylan esos coros negroides! ¡Qué banda tan inspirada! Esa pandereta dota de ritmo toda la interpretación. Dylan cree en lo que dice ¿Crees tú? «In the garden» da un respiro, pero sólo sonoro, porque aquí la ira se convierte en palabra, en una versión muy superior a la incluida en Saved. Y para cerrar la inédita « Ain't Gonna Go To Hell For Anybody». Dylan no la publicó nunca por considerarla ¡demasiado religiosa! Ya pueden imaginar. La canción es absolutamente espectacular. Comienza con una especie de coro de iglesia y arranca como sólo Dylan es capaz de arrancar un tema. Grandioso.
"He aquí que vienen días, dice Yavé, en que yo concluiré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva (Jeremías, 31:31)." De las notas interiores de Saved.
Sonando: Slow Train de Bob Dylan
4 comentarios:
Felicidades por la entrada.
¿Sabes cómo podría conseguir el bootleg que mencionas? Me muero de ganas por escucharlo.
Un saludo.
Hola.
Me encanto lo que escribiste.
Aun que bueno yo te sere sincera no se mucho de esta musica pero claro que me intereso mucho gracias a lo que escibiste.
Puedo seguir visitando?
En Hunger City tienes los torrents anónimo....
Gracias por el enlace, Edu.
Tras registrarme estuve bastante rato buscando pero no encontré el bootleg en cuestión. Sí que vi el show del día 20, que estoy escuchando ahora y suena divino, pero del 19 ni rastro.
¿Guardas el enlace exacto?
Un saludo.
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