Seguimos intentando recuperar discos del rock americano de los 90 y vamos a detenernos en 1996 para hablar de una auténtica delicia, el debut de Gillian Welch, titulado, de manera acertadísima, Revival.
Y es que un disco que se inicia con dos temazos como «Orphan Girl» y «Annabelle», y que además está producido por T-Bone Burnett incita a pararse en él. Un disco sutil, cercano al jazz en algunos momentos y con evidentes influencias de la música de los años 20 y 30. Una mujer que, desde el principio intenta desmarcarse del country que tanto le gusta a su marido y mano derecha, David Rawlings, y asegura que sus máximas influencias son REM, los Pixies o Camper Van Beethoven. Lo consigue sólo en pequeñas dosis, casi imperceptibles. Burnett no deja que sea de otra manera. No puede desperdiciar el estilo de una mujer que frasea como una Lucinda Williams sentada en una nube, que llora como una aguda Emmylou Harris, que te hace soñar en Patsy Cline…Cuando publica este disco tiene 28 años. Es suficientemente joven para no perder ese ímpetu juvenil, escondido en tonadas dulces, pero suficientemente mayor para no caer en errores atribuidos habitualmente a la corta edad. Hipnótica y sencilla. Cruda. Capaz de dedicar temas a un niño muerto. Terrenal. Por algo Emmylou recuperó ese «Orphan Girl» en su Wrecking Ball. Blues y góspel. Y también folk, claro ¿Es esto Americana? No lo sé, pero bueno es un rato.
Sonando: Orphan Girl de Gillian Welch
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