Faltan chicas. Firme y real reivindicación de algunas de las lectoras (y también lectores) de este blog y, en especial, de esta sección. Para qué negarlo, ya lo he dicho otras veces, yo escucho más música de hombres que de mujeres. Quizá por eso en esta sección apenas han aparecido Lucinda Williams o Emmylou Harris. Por eso, es de recibo pararnos hoy en otra fantástica mujer, Patty Griffin.
Nacida en Maine, es la hija menor de una familia de seis hermanos que a los 16 años ya compra su primera guitarra con apenas 90 pavos. Se casó joven y empezó a tocar en los cafés de Boston. Allí la vieron (el sueño de muchos) los ejecutivos de A & M y eso provocó su debut en una multinacional, algo poco habitual. Además lo hicieron, también de manera inusual, editando prácticamente unas maquetas en el intento de captar la desnudez y la crudeza de Patty Griffin en directo. El resultado es Living With Ghosts y canciones como «Moses», «Not Alone», «Every Little Bit» o «Mad Mission». Temas donde destaca una particular manera de narrar historias con esa voz que roza el quiebro, el dolor, unas veces y en otras se acerca al susurro acaramelado. Leí una vez que no había equipo de música suficiente para reproducir esa voz. Bonita definición.
Sonando: Moses de Patty Griffin
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