Con una
de las voces más reconocibles de la música actual, Sean Rowe está a punto de
aterrizar en España en una gira que desgraciadamente no lo traerá a Barcelona.
Este barbudo neoyorquino viene a la península para presentar su tercer disco en
nueve años, The Salesman and the Shark, un álbum que en mi opinión mantiene el nivel de aquel Magic con
el que nos sorprendía en 2011 vía ANTI, aunque se había publicado dos años
antes de forma independiente. Algunos se apresuraron a compararlo con Bon Iver,
más por concepto que por otra cosa, pero yo me decanto por la austeridad, la
sobriedad y el cuchillo afilado que son las cuerdas vocales de un Rowe que
recuerda a la profundidad de Gil Scott-Heron o, más evidentemente, a Leonard
Cohen. Con esa voz contestó algunas de mis preguntas para una entrevista que
publica la web de Ruta 66 y en la que me dijo cosas como estas:
La oscuridad
es un buen arma de la música. Se puede crear un aura de misterio alrededor de
una canción. No creo que sea necesario explicarlo todo de una canción, ni
musicalmente ni líricamente. Me gusta utilizar los silencios, la creación de
elementos oscuros mezclados de una manera sutil. Una gran cantidad de
grabaciones de finales de los 50 y los 60 se hacían de esa forma, aunque no
creo que fuera intencionado.
El resto puede leerse AQUÍ.
Sonando: Horses
de Sean Rowe
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