Último día. El post concierto. Momento de repasar mentalmente, todavía en la cama, las sensaciones del último encuentro con tío Bob. Sigue siendo el más grande. No hay duda. Yo quiero llegar a esa edad y hacer esos conciertos. Bueno, a esa y ahora. Me da la impresión de que Dylan nunca dejará de tocar. Que morirá en el escenario. Creo que es lo que quiere. Lo que le gustaría. Sólo espero que tarde mucho en hacerlo.
Volvemos a desayunar en la cama, hacemos la maleta y salimos del hotel. Rumbo la Piazza de Spagna. Muy bonita, ciertamente. “Al azar pero al final, yo he dormido mucho más en el sofá”. Visitamos la Roma más fashion. La de las tiendas de moda y diseño. Insisto en comprarle a Rakel una camiseta de Dylan carísima en una de esas tiendas. Ella no quiere. Gano yo. Ella cede, como casi siempre. Luego cogemos destino a la Fontana Di Trevi. De nuevo. Vamos a cumplir el ritual. Moneda y beso. Nos sentamos a mirar como los turistas (como nosotros) cumplen con lo que toca. Nos reímos de los que están a punto de caerse. Soy feliz. Pero falta June, otra vez. “Al pasar de mis años, antes no pensaba en el ayer”. Al menos está Rakel. Siempre está. “Desde que te conozco, te quiero conocer”. Se hace tarde. Al hotel, recogida de maletas y a Ciampino. Toca volver. Reencontrase con June. Comemos pasta, por última vez en Roma y embarcamos. Vuelvo a decidir mis discos del viaje. Esta vez gana Matt Woods. Manifesto me sigue pareciendo acojonante. Cuando acaba empiezan unas leves turbulencias. Yo leo una autobiografía de Joan Baez. Nada importa. June está cerca. El aterrizaje bien, gracias. Salimos del aeropuerto y la buscamos con la mirada. Está en la furgoneta de sus abuelos. Nos ve llegar y su cara se ilumina. Ahora ya somos felices los tres. “Con tanto arrepentido por ahí, yo siempre te he elegido para mí”.
Sonando: Desinhibida de Jero Romero
1 comentario:
A "Ella cede, como casi siempre" yo le quitaría el "casi" ;-)
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