Muchos lo reclamaban. Tanto hablar de Americana de los 90 y aún no ha aparecido por la sección uno de los padres del género. Bueno, a Dylan también lo costó asomarse a esta sección. Pero sí, aquí está. Caballo loco. Neil Young en nuestros Discos Para No Deprimirse. Por fin.
Y me ha dado por escoger Weld, publicado en 1991, disco en directo en el que el canadiense recoge la gira de presentación de Ragged Glory ¿y por qué este disco? Pues porque creo que supone algo especial. Por un lado, Young demuestra el por qué se le iba a considerar el padre del grunge y lo hace en un soberbio directo a principios de la década esencial del género de las camisas de franela de cuadros "combinadas" con converse rotas. Por tanto, por un lado es el disco con el que Young abre una década marcada por el Americana, y por otro, marcada por el grunge. Y él es uno de los pilares de ambos géneros. Esa es la explicación. El álbum que reúne, como una especie de preámbulo o profecía, lo que iba a pasar en los diez años siguientes.
Y como no lo voy a hacer mejor, robo literalmente la crítica que Rafa Cervera hizo en el número 68 de Ruta 66, en diciembre de 1991, y que Manuel Beteta se ha encargado de recopilar en la web de la revista en seis artículos fantásticos. Esto es Weld.
Ríase usted de Sub Pop, Sonic Youth y toda la familia. Cuando Neil Young ruge, los pupilos mejor guardan silencio. Y Neil Young ruge con mucha fuerza cada vez que saca un disco en directo. Weld está hecho de grabaciones en vivo tomadas a lo largo del «Don't Spook The Horse Tour» que le llevo por Estados Unidos el pasado año. Acompañado de nuevo por Crazy Horse, Neil Young ha vuelto a dar una lección de lo que es mantener el rock vivo y bien. Más que eso, Weld inyecta energía cruda por los cuatro costados al eterno concepto musical, a las viejas y a las nuevas composiciones. La versión de «Hey Hey, My My (Into The Black)» —uno de los himnos más sobrecogedores del rock&roll— abre fuego con unos Crazy Horse irreductibles. Los títulos clásicos de Young revisitados al calor del directo en Weld cobran una nueva vida. Lo cual ya es mucho decir: sólo un tipo tan impredecible como Young puede aportar más matices incendiarios a su propia música («Cinnamon Girl», «Powderfinger» o «Like A Hurricane») después de tantos años. La versión de «Blowin' In The Wind» es sencillamente sobrecogedora, toda una reconversión en el más puro estilo Hendrix. Y las canciones de más reciente cosecha se acoplan sin problemas al huracán eléctrico que crea la banda. «Crime In The City», «Fuckin' Up» o «Mansion On The Hill» se benefician del temperamento de un grupo en total erupción. Weld es mucho más que un grupo a cien en un concierto. Es la acoplación casi matemática de unos músicos totalmente compenetrados de cara a un objetivo muy concreto: devolverle las agallas al rock. Aunque sólo sea por una noche. Aunque el relevo haya sido tomado por otros hace ya tiempo. Aunque al escuchar este disco nos duela en el alma no haber presenciado en primera fila el show. Escuchar como un viejo zorro como Young redescubre sus propias posibilidades es algo inenarrable. Consigue Weld. Y si tienes aparato reproductor de CD, busca con ahínco Arc/Weld, el CD en edición limitada del mismo álbum. Trae un disquito extra lleno de feedback, acoples y comentarios calientes lanzados desde escena por el propio Young.
Sonando: Cinnamon Girl de Neil Young
3 comentarios:
Directazo!!!Enorme en todos los sentidos...Impecable reseña de Rafa. Saludos.
Un album que abrasa. Quema en cada cancion. Sublime. Crazy Horse en su mejor momento. Explosivo.
Excelente y lo consegí en vinilo!!! Tambié tengo el disco "Arc" ideal para curar resacas
Sin duda, es el directo de Neil
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