
Curiosamente este fue un disco que en el momento de aparecer
era definido por la prensa como country progresista (que no progresivo). Es
decir, algo así como una especie de Honky Tonk moderno. En aquel momento se me
antojaba una definición nada acertada y hoy me lo parece aún más. Y es que
Dayton optó en este entonces segundo disco por un sonido muy clásico cercano a
los grandes del género. Quizá es el hecho de que no buscara una producción
retro lo que llevo a la crítica a ese tipo de curiosas expresiones. De ella se
encargó el propio Jesse y de la instrumentación gente tan grande como el
bajista Charlie Sanders Jr. , que repetiría en el posterior Hey Nashvegas, el extraordinario armonicista
David Beebe o el pianista Pete Gordon, que había participado en el fantástico Prairie Home Invasion de Jello Biafra
& Mojo Nixon. Jesse Dayton lo tenía todo para triunfar. Era guapo, simpático y canciones como «Never
Turned My Back On You», «Jumped Head First» o «One Year, Three Months, A Week
To The Day» deberían haber roto las emisoras de radio de tanto sonar. Pero
no pasó. Afortunadamente, para los que no lo hicieron entonces, Stag Records/
Justice ofrece una nueva oportunidad de hacerse con un disco imprescindible
para entender que lo que ahora hacen espléndidos músicos del calado de Daniel Romano
o JP Harris ya lo intentó hace quince años un guaperas de Austin.
Sonando: Molasses
Girl de Jesse Dayton
No hay comentarios:
Publicar un comentario