Dado que haré la
pertinente reseña del Azkena Rock Festival para Ruta66, me limitaré solo a dar
unas pinceladas de lo que ha sido un fin de semana pasado por agua. Decir que
lo mejor fue la compañía sobra, por dos motivos. Uno, porque cada año es así y
dos porque este cartel se me antoja uno de los más flojos (y lo digo a
posteriori) de la historia del festival. Ahí van las sensaciones de los bolos
que vi.
VIERNES
Monster Truck. Buen bolo para meterse en ambiente aunque llovía a
mares. Instensidad a raudales.
Seasick Steve. Acojonantes, a pesar de estar cayendo la del pulpo y
que el viejales se negó a tocar en el escenario cubierto en uno de los momentos
de mayor lluvia del festi. Debió pensar que así sabríamos, como él, lo que es
ser un homeless.
The Midnight Travellers: espléndidos. Fallos técnicos aparte
demostraron que lo nacional puede llenar el nombre medio de cualquier festival
sin problemas.
The Stranglers: coincidían con los anteriores. Vi un par de
canciones y tuve suficiente. Ni conecté en su día, ni ahora, ni creo que lo
haga nunca. Esos teclados ochenteros no son para mí.
Scorpions: no son lo mío. Concierto muy pro, eso sí, pero también
rozando la verbena por la propuesta.
Marah: Inicio flojo y buen final, con un niño de ocho años tocando
el violín. El estado previo de Bielanko presagiaba lo peor, peor no fue así.
Unida: Buen concierto para cerrar jornada. Tampoco es mi palo, pero
a esas horas, pasado de alcohol, apetecen los guitarrazos y la profesionalidad
vocal de García.
SÁBADO
The Temperance Movement: ojo a esta banda. De lo mejor del
festival. Competentes, intensos y con un frontman espléndido. Buen R&B
desde UK.
The Strypes: El bolo del festival. Acojonantes. Inmensos. Esos
chavales se comieron al respetable con patatas. Rendición perpetua a sus pies.
Violent Femmes: la decepción del festi. Nos obsequiaron con un
ensayo con público.
Blondie: si lo de Scorpions rozó la verbena, Debbie Harry & Co.
la iniciaron. La retirada sería su mejor camino.
Wolfmother: serios, aunque solo les vi cuatro temas. Parece que fueron
de menos a más.
Niño y Pistola:
profesionales aunque no era una buena hora para su propuesta folk-rock.
Kadavar: Buen grupo pero mala elección para cerrar el festival. Su
psico-rock hubiera encajado mejor en otro momento.
Sonando: Blue
Collar Jane de The Strypes
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