Espléndido concierto el que dieron ayer en el Rocksound los Five Horse Johnson. Hay que reconocer que de vez en cuando va bien una buena dosis de guitarras al máximo volumen para descargar adrenalina. Además, la banda posee canciones (aunque hasta el año pasado llevaran siete años sin editar disco nuevo, y, sobre todo carisma. Y eso que son cuatro tipos la mar de normales, grandes como camiones, pero normales. Pero cuando Eric Oblander se sube al escenario parece poseído por el espíritu de Howlin’Wolf (esos gestos cazando espíritus al aire con sus manos recuerdan tanto al lobo aullador…). Su armónica se convierte en la mecha de una bomba a punto de estallar que va haciéndolo en sucesivas descargas a lo largo de la noche. Y tienes que mirarlo. Y no puedes parar. Es lo que tiene ese tipo de personas cuando se suben a un escenario, que concentran la atención. Después de verlo, por segunda vez, no me extraña que Clutch se lo llevaran de refuerzo de lujo para algunas de sus giras. Una fiera.
Sonando: Mississippi King de Five Horse Johnson
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