Pues nada, el amigo Rod a confirmar cosas. En primer lugar que los dichosos American Songbooks no eran pasos en falso, sino su triste realidad, y en segundo que ya no es capaz de hacer un disco como Dios manda. Si es que el supremo manda algo, porque si lo hiciera hubiera quemado las cintas de este álbum antes de que viera la luz. Y es que este tan cacareado primer disco con canciones inéditas de Stewart desde 2002 no hay por donde cogerlo. Lejos, muy lejos de lo que andan haciendo coetáneos como Eric Burdon o Tom Jones, por citar algunos, lo de este hombre difícilmente tiene arreglo, visto lo visto. Yo desde luego tiro la toalla ante canciones como «Beautiful Morning» más cerca de ser finalista del concurso de Eurovisión que de formar parte del repertorio de alguien que un día grabó cosas tan grandes como Every Picture Tells a Story. Ni siquiera las habituales versiones se salvan aquí de la quema. Y eso que el turno lo cogen temas de gente como Tom Waits o, ya en los bonus tracks (sí, encima tiene material extra) Elmore James. Nada, ni rastro de lo que un día fue. Así que si Stewart se empeña constantemente en que lo tomemos como una broma habrá que tomar nota y hacerlo. Que se dedique a animar al Celtic de Glasgow. Seguro que lo hace mejor.
Reseña publicada en Ruta 66 del mes de junio
Sonando: Oh La La de The Faces
2 comentarios:
Completamente de acuerdo, los dos primeros American Songbooks, a mi me hicieron gracia, pensé mira los standars de toda la vida, pero luego... y encima los sacaba siempre para Navidad.
En fin nos tendremos que contentar oyendo el Gasoline Alley, Atlantic Crossing, Never Dull a Moment y el que tu citas.
Salud amigo
Carajo!! ya decia yo que este disco no pasaba.. sdvblues, México.
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