Abrieron la velada Th’Booty Hunters demostrando, una vez
más, que son una banda soberbia y que no desmerecen en absoluto a mucho de los
que nos llega del otro lado de nuestras fronteras. Aunque la traca de la noche,
claro está, debían llevársela y lo hicieron ese dúo reformado ya a formato trío
que reinventaron el concepto muro de sonido de Phil Spector. De hecho, los que
estuvimos allí llegamos a la conclusión que lo del encarcelado productor es una
simple lámina de pladur al lado de lo que ofrecen los de Fort Wayne. Unos
auténticos animales que apabullaron con su contundencia y su actitud.
Discípulos aventajados de R.L. Burnside, no es difícil imaginarse al
desparecido bluesman sonriendo desde allá donde quiera que esté. Dinámicos,
agresivos, salvajes…cualquier apelativo que recoja fuerza y energía es adecuado
para describir un concierto en el que las canciones de su último Rock Them Back To Hell! (si no tenemos
en cuenta la reciente reedición de su primer disco Slingshot) se combinaron con temas de todos y cada uno de sus seis
discos anteriores e incluso una versión de Ted Nugent que superó con creces la
original del políticamente insoportable músico de Detroit.
Salieron a comérselo todo y lo hicieron. Manteniendo sus
señas de identidad con un Fredrick "Joe" Evans IV siempre sentado,
bebiendo cerveza sin parar y tocando su guitarra como si fuera el auténtico
demonio. Un título al que también optaba Pete Dio a la batería con una pegada
descomunal y una actitud al borde del frenopático. Por si eso fuera poco, el
bajo de Joe Bent ha acabado de dar a la banda un empaque que corría el riesgo
de perderse en el formato dúo. Reinventando el blues.
Reseña publicada en la web de Ruta 66
Sonando: Juice to get loose de Left Lane Cruiser
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