Diez años hemos tenido que esperar para volver a disfrutar de un
nuevo disco de Sid Griffin, líder de los seminales Long Ryders. Nos
llega ahora que la banda vuelve a estar en boca de todo el mundo por su
inminente gira europea que los traerá a nuestro país y porque Griffin,
experto en el tema, como demuestra el haber publicado un excelente libro
al respecto, se ha encargado de las notas interiores del nuevo volumen
de las “Bootleg series” de Bob Dylan, que incluyen las sesiones
completas de las célebres “Basement tapes” junto a The Band.
En
esta nueva incursión en solitario –tan solo la tercera de su carrera– se
hace acompañar de excelentes músicos como Justin Moses, habitual de la
banda de Rikky Skaggs, Mark Fain, acompañante de John Fogerty, Thomm
Jutz, mano derecha de Nanci Griffith o Paul Griffith, al que se ha visto
entre otras junto a Sheryl Crow.
Así que no hay duda respecto a
la pericia instrumental y a la interpretación. Como tampoco puede
haberla, sabiendo de quien hablamos, respecto a las canciones. Y es que,
¿qué se puede decir de alguien que es capaz de escribir un texto como
el de ‘Elvis Presley calls his mother after the Ed Sullivan Show’? Griffith
tiene el saber estar de los que llevan mucho tiempo en esto, aunque
últimamente se le haya visto más en tareas de escritor que en las de
cantante, y por eso es capaz de fusionar a dos de sus grandes
ídolos, Bob Dylan y Jimmie Rodgers, en ‘Blue Yodel No. 12 & 35′ o
tomar de referencia el ‘Ode to Billie Joe’ de Bobby Gentry para
convertirla precisamente en ‘Ode to Bobby Gentry’ y salir airoso de la
aventura. ‘Between the general & the grave’ y ‘Everywhere’ son
textos que parecen salidos de uno de los discos conceptuales de Johnny
Cash dedicados a la historia estadounidense, y aún más ese ‘Punk rock
club’ totalmente recitado que, eso sí, me parece una pausa demasiado
larga en lo musical que perjudica ligeramente el ritmo de la escucha. Un
pequeño detalle que no debe ensombrecer el regreso de uno de esos tipos
que pusieron las primeras piedras de aquello que se llamó Nuevo Rock
Americano, que desembocaría en ese “americana” encumbrado en los años
noventa y del que muchos reniegan hoy. Yo no lo haré. De hecho, si
pudiera y se acercara a mi ciudad, me postraría a sus pies.
Reseña de The trick is to breathe publicada por Efe Eme.
Sonando: Everywhere de Sid Griffin
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