viernes, septiembre 19, 2014

Barbecho discográfico, porque quiero pero no puedo



Barbechar: Dejar descansar la tierra arada durante un tiempo, para que se regenere.

Eso es justamente lo que yo necesito. Un barbecho. Juro que quiero llegar a todo, que quiero escuchar todos los discos que salen y que me interesan, pero no puedo. Tengo un límite, debo reconocerlo. Soy de los que piensan que Internet es una bendición y que ha sido la base para que conociera a un montón de bandas nuevas que de otra manera nunca hubieran llegado a mis oídos. Pero también ha provocado que los lanzamientos aparezcan antes, que las discográficas ya no envíen apenas discos y sí links en streaming o descarga, algo mucho más rápido, y que, por lo tanto, los discos a escuchar hayan crecido exponencialmente. Ya he dicho que tengo la suerte de poder escuchar música en el trabajo y eso me da cierta ventaja. Al menos en cuanto a tiempo, pero nunca se sabe cuando eso puede cambiar. Escribo en varios medios, ya sabéis. En algunos de ellos por amor al medio o a escribir, simplemente. Estoy metido en proyectos varios, entre los que está un nuevo libro y mi mente roza el colapso. Así que he decidido barbechar. Pero a mi manera, claro. No, no voy a dejar de escuchar discos durante un año ¡Dios mío! ¡Vaya tortura! Lo que voy a hacer es concentrar esas escuchas. Echo de menos llegar más a fondo en algunos discos. Soy tan freak que me apunto los álbumes que pasan por mis oídos y a estas alturas, en cuanto a discos de 2014 exclusivamente he oído ¡249! Juro que es así, aunque algunos solo los he oído una sola vez. No es asumible ni disfrutable y esto, al final, es una forma de disfrutar. Quiero tiempo para meterme a fondo en algunas novedades y para recuperar otros discos del pasado. Así que la decisión está tomada: solo escucharé aquellos discos que deba hacer por trabajo y aquellos que realmente me interesen mucho. Y ese "mucho" es importante. He empezado a descartar aquellos que me interesan un poco, algo, que parecen interesantes, etc.

Consecuencias. Estoy muy metido en los nuevos de Ryan Adams, Tom Petty, Chuck Prophet, His Golden Messenger, Daddy Long Legs o John Hiatt. Como hacía tiempo que no hacía (vaya expresión más mal construida, joder). Por el contrario he descartado la escucha de algunas cosas que en otro momento hubiera corrido a probar. No se asusten pero he dejado pasar los discos nuevos de Jeff Tweedy (sí, sí, Tweedy), Walter Salas Humara, Counting Crows o Suzy Boguss ¿Qué me perderé buenos discos? Seguro, pero mi mente necesita un descanso y otra manera de vivir la música: la que me enganchó a ella. A barbechar.

Sonando: Tears in vain de John Mellencamp

2 comentarios:

Mariano C.A. dijo...

Que entrada mas interesante y te doy toda la razón en lo que publicas.
Internet nos ha desbordado, pero también nos ha dado a conocer (al menos a mi)muchas bandas e interpretes desconocidos.
A principio de año me hago el propósito de pillar lo que realmente me interese mucho, pero acabo con exceso de música y eso que descarto mucho (el proceso de selección es muy mio y seguro que la cago mas de una vez).
Como dice un amigo mio " tendremos síndrome de Diogenes?".
Un placer leerte
Salud!!

Juanjo Mestre dijo...

La verdad es que no recuerdo si alguna vez te he comentado (hoy me he animado). Leerte si que lo hago con asiduidad. Barbechar es saludable, y máxime en estos tiempos de saturación de información. Salud.