Acepto el reto que me
lanza vía Twitter mi buen amigo Jordi Pujol (no confundir, por favor) y me
lanzo a reseñar/describir el nuevo y homónimo disco de Ryan Adams al que ya me
he atrevido a calificar por ahí como el Damn The Torpedoes del s.XXI. Y no sólo
porque Benmont Tench esté muy presente en todo el disco (igual que en Ashes & Fire), sino porque detecto
cierto aroma a aquellos primeros trabajos de un joven Tom Petty. Pero vamos al
lío, que hay mucho que decir y aunque el maestro Joserra Rodrigo hace esto mucho
mejor que yo, sé que me perdonará esta incursión en su tradicional “álbum track
by track”.
«Gimme something good». Difícil
no caer rendido ante un tema así, porque lo tiene todo: intensidad, buena letra,
excelentes arreglos, gran interpretación, estribillo tarareable. El mejor
ejemplo de lo que decía sobre Petty. Este tema podría estar en Damn y a nadie nos extrañaría. Si no
escuchen ese B3 que revolotea durante todo el tema. Por no hablar de esas
eléctricas con un riff que huele a clásico y la introducción de las acústicas
en el estribillo. Puro Petty, vaya.
«Kim». Oasis. Esa es la
sensación que tengo con esta canción. Recupera con un guiño inicial al Ryan
Adams baladista country de su época en Whiskeytown para acabar en un medio
tiempo de clásico rock americano. Pero sólo es eso, un oasis en el desierto,
porque Ry no tiene ganas en este disco de volver por esos derroteros ni de que
lo vuelvan a definir como el salvador del country alternativo.
«Trouble». Esta es la
respuesta a lo apuntado anteriormente. Riff contundente y coros que rememoran
en algo al «Refugee» de Petty, aunque Adams canta como un joven Springsteen,
cosa que va a repetir en el disco.
«Am I Safe». Ha dicho
Adams que para este disco le han influido mucho los Smiths, y quizá este sea el
tema en el que se hace más evidente, aunque yo no acabo de ver demasiado la
relación en el resto de temas del álbum. La canción funciona, eso sí, y crea
una extraña adicción con Ryan mostrándose como el buen cantante que es.
«My Wrecking Ball».
Pequeña incursión en el country-folk que recuerda a los ambientes de Nebraska de Springsteen. Letra
autodestructiva en un Adams una vez más reconocible. Si nos dijeran que salió
de las sesiones de Ashes & Fire
habría que creérselo.
«Stay With Me». Muchos
verán a los Smiths también aquí pero a mí me lleva a los tiempos del Rattle
& Hum de U2 con un estribillo, otra vez, pegadizo entre Petty y los
Replacements.
«Shadows». Canción
atmosférica que me lleva al «Drive» de R.E.M. por concepto, más que por sonido.
Mejor en su letra que musicalmente. “Todos los días viene a mi cabeza ese campo
de alambres, viene un poco más cerca”.
«Fells Like Fire». Rock
americano y pop mezclados a la perfección. Demostrando, otra vez, que lo fuerte
de este disco son los estribillos. Vuelven a aparecer unos coros muy Mike Mills
como colchón a otra buena interpretación.
«I Just Might». Otra vez el Springsteen
de Nebraska y «Johnny 99» encontrándose con Jim Morrison en un cruce de
caminos. Espléndida.
«Tired Of Giving Up».
Buenísima, puro Ryan Adams y en plena forma. Medio tiempo con un gran trabajo
de guitarras. “Estoy cansado de renunciar tan fácil”.
«Let Go». ¿Soy yo o
vuelve a sonar en los tonos bajos como el mejor Bruce Springsteen? Intensa y
excelente como final.
Sonando: Let Go de Ryan Adams
1 comentario:
A mi me recuerda mucho a Replacemensts de los ultimos años
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