Resulta que todo el mundo
(no incluyo nuestro país en el concepto) habla de John J.Presley. Revistas como
Uncut y Mojo ya le han hecho un hueco en sus páginas y Jack White está
interesado en producir su primer disco. Y aquí, para variar, o no nos enteramos
o no nos queremos enterar ¿De qué otra manera se puede explicar que el lunes pasado
cuando abrió el espectacular concierto de Jim Jones Revue apenas hubieran 30
personas en la sala? Luego, cuando algún festival lo convierta en el último
hype saldrán, como es habitual, cientos de personas diciendo que estaban allí y
que lo han seguido desde el principio ¿Qué le vamos a hacer? Ni siquiera la
excusa de ver a alguien que empieza la misma noche que supone la despedida de
otros sirvió de motivación.
El caso es que Presley
ofreció en media horas pinceladas de lo que puede ser, y no es aún. Me explico.
Tiene el sonido, claro. Ese blues garaje cargado de riffs chirriantes es una
bomba de relojería que ha de explotar. Pero solo lo hará si consigue canciones.
Es lo que le faltan, canciones. Lo que ofreció eran apenas esbozos que seguro
que Mr. White ayudará a pulir. Ganas hay de ver lo que consiguen juntos. La
velada fue una declaración de intenciones y un intento e opositar a algo más
grande. No más. Buenos mimbres, que dicen en el fútbol. Veremos como sigue.
Aunque la definición “Jack White meets Tom Waits” que s eutiliza como promoción
s eme antoja, aún, demasiado pretenciosa.
Sonando: Sweet
Sister de John J. Preseley
PS: Que comprara el EP
de Presley y dentro me encontrara con un Verbatim me sacó de quicio.
Evidentemente lo devolví pero ¿ni siquiera tiene dinero su disquera para
serigrafiar unos CDs?
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