No me
defraudaron. Todo lo contrario. Quizá mi posición nada exaltada hacia sus
discos y mi predisposición colaboró al hecho de que el concierto me gustara, y
mucho. Los US Rails realizaron el jueves pasado un muy buen show en la Sala
Rocksound. A esa impresión ayudó el hecho de que no me considero de la facción
crítica con sus acercamientos a postulados Eagles, como sucede con una parte de
la gente que ha oído sus álbums. Todo lo contrario. A mí los Eagles siempre me
parecieron una buena banda que hicieron unos primeros muy buenos discos
cargados de country-rock. Podríamos decir que los US Rails son los Eagles del
s.XXI. Mucho más crudos en directo, no pudieron evitar dejar en mí la sensación
de que los temas de su primer disco son mejores que los del más reciente
Southern Cannons y, sobre todo, que su propuesta gana muchísimos enteros en
directo. Suenan compactos y eficientes. Tienen el empaque (que esperaba) del
músico veterano. El que se ha curtido en los escenarios y sabe que tienen algo
bueno que ofrecer. Sus voces suenan perfectas. Cada uno con su timbre y su
personalidad, y aunque todos cantan de manera excelente, no puedo evitar
quedarme con la de Tom Gillam. Puede que la más ruda, pero también la más
cargada de personalidad.
Y eso
me lleva de cabeza a Never Look Back, quizá mi favorito de su carrera en
solitario. El disco con más enjundia de todos los que he oído firmados con su
nombre. Cargado de buenas canciones que se mueven entre el country-rock marca
de la casa de «Devil In My Heart» y el country-blues de «Where IS Bobby Gentry?».
Temas compuestos todos por Gillan excepto una excepción de la que se encarga
Craig Simon que construyen un disco robusto lleno de buenos momentos. Data de
2007 pero la gira de US Rails por nuestro país ha vuelto a ponerlo encima de la
pila de discos de mi casa.
Sonando:
Devil In My Heart de Tom Gillam
No hay comentarios:
Publicar un comentario