miércoles, septiembre 19, 2012

Los amigos del promotor


Hoy voy a romper una lanza a favor del promotor. Y lo hago por esa creencia generalizada de que se trata de un tipo que se forra a base de vender entradas y vive en la opulencia por no hacer prácticamente nada. Puede que algunos sí, pero los pequeños desde luego que no. Yo tengo amigos que lo son y sé lo que sufren, las veces que palman dinero y la de curro que se echan a cuestas. Tengo un muy buen amigo que lo es y muchas veces pienso en lo injustamente que lo tratamos entre todos. Él busca las bandas que quiere traer. Lo hace siguiendo su olfato pero, curiosamente y aunque se juega dinero, más su olfato musical que el económico. Contacta con el grupo o el management. Cierra el bolo, ya sea comprándolo o llegando a un acuerdo. Hace la cartelería y lo publicita. Luego se va a buscar a la banda, los lleva a cenar, los aguanta (porque muchos tienen un ratito que aguantar) y a la hora del bolo se planta en la puerta a vender las entradas perdiéndose más de la mitad del concierto. Mientras, los fans deciden no acudir, la mayoría, porque encuentran caro que un concierto valga 10 o 12 €uros. Los críticos, también la mayoría, no mueven el culo porque no estaban acreditados y, si lo están, simplemente “se lo piensan”. Entonces ¿de qué nos quejamos? ¿estamos legitimados a “exigir” que vengan buenas bandas si luego no vamos a los conciertos? Ya sé que estamos en crisis, pero esta situación no es nueva y hablo de gente a la que luego ves gastándose mucho dinero en otra cosa, por ejemplo la enésima visita de Springsteen. Que me parece muy bien, pero…

El promotor es un tipo que tiene muchos amigos, pero los va perdiendo conforme deja de acreditarlos en los conciertos. Yo puedo decir con la boca bien grande y bien orgulloso que muy rara vez me acredito a un concierto, sobre todo si se trata de un evento pequeño, al que no vaya a hacer algo (entrevista, reseña…) y eso que tengo los medios. Muchos me llamarán tonto. Pero no es cuestión de abusar o acabaremos entre todos con algo que nos gusta. Creo que me he acreditado una vez a un concierto de mi amigo, sí el de arriba, el promotor. Y curiosamente me acredité yo y pagué la entrada de mi señora esposa. Sé que él me metería en todos, pero no quiero hacerlo. Y eso que voy a muchos. Prefiero que su pequeña empresa unipersonal sobreviva y me siga trayendo buenos conciertos cerquita de casa.

Y es que hagamos cuentas. La semana pasada asistía a un bolo de una banda internacional en local pequeño. La asistencia la calculo en unas 70 personas, de las cuales debieron pagar quizá 60, pongamos que la mitad con entrada anticipada y la mitad con entrada en taquilla, las primeras a 12 €uros y las siguientes a 15 €. Eso hacen un ingreso (que no beneficio) de 810 €uros. De ahí saquen el gasto en carteles (pongamos 50 €uros), la cena de la banda (como eran 5 pongamos 80 €uros), y el alquiler de la sala (tirando barato 100 €uros más). Quedan 580 €uros. De ahí tiene que salir el caché de la banda que han cruzado el Atlántico para tocar cargados de instrumentos. Viéndolos no me imagino algo que no sea unos 100 €uros por músico. Ya nos quedan sólo 80 para el amigo promotor, que lleva dos meses currando en el bolo y que ha de pagarse sus autónomos, su web, el % de paypal y demás mandangas (de manera proporcional claro, con sus otros conciertos) ¿Cómo ven al millonario? Son datos que me he inventado por lo que conozco, excepto el tema de las entradas que son reales, pero el resto no andarán muy lejos de la realidad.

Yo una vez lo intenté. Me metí en esto de montar conciertos y salí escaldado. El primero que organizamos tenía una lista de invitados de 70 nombres. Y se hacía imposible evitarlo. Me cansé de poner dinero de mi bolsillo. Decidí que era más seguro para mi economía la evidencia de que lo pusiera otro pero mientras pueda ayudarlo lo haré. El día que las cosas cambien, ya les diré. Y no caigan en el argumento fácil de que me debe sobrar el dinero. Casi siempre es cuestión de prioridades. Y me cuesta creer que en dos estadios olímpicos llenos para ver a Bruce Springsteen no haya gente para llenar una sala de 150 personas para ver a Will Hoge, US Rails o Lydia Loveless.

Sonando: So It Goes de Nick Lowe

4 comentarios:

Madame de Chevreuse dijo...

Plas, plas, y más plas Eduardo. Basta darse una vuelta por cualquier web y ver las giras que se hacen en centro y norte de Europa y preguntarse luego por qué X hace 12 fechas en Alemania o 8 en Noruega. Aquí sólo lo petan los conciertos de picnic familiar (a los que acudo gustosa, por cierto), aunque empiezo a pensar que ocurre con todo tipo de espectáculos: échese un vistazo a una grada de un partido de fútbol de segunda en Inglaterra y échese otro a un partido de media tabla en España. Igual es que somos unos "aborregaos".
Baci e abbracci

manel dijo...

Así es la vida....Y más en este hinchado y superfluo mundo del rock & roll. Saludos.

Anónimo dijo...

Es que queda muy bien decir que vas a ver a Springsteen, que no decir que vas a ver a alguien que no conoce casi nadie.
Por cierto te has olvidado comentar el pago del alojamiento, que muchas veces corre a cargo del promotor.
Y podrias hacer otro articulo de los elevados cachés que intentan cobrar algunos managment

David Gallardo dijo...

Muy interesante reflexión y totalmente de acuerdo.