martes, septiembre 04, 2012

El Veneno de Valiño


En la celebración de Sant Jordi de este año le pedí a Rakel que en lugar de regalarme dos o tres libros, como hacía cada año, concentrara sus esfuerzos en hacerse con uno en concreto, Veneno en dosis camufladas. La censura en los discos de pop-rock durante el franquismo del amigo Xavier Valiño. Una majestuosa obra. Cara, a priori. Hasta que lees lo que contiene y se convierte en barata. Diez años de trabajo que empezaron como una tesis doctoral para acabar dando forma a un trabajo inconmensurable. Inalcanzable para algunos como yo, absolutamente incapaz de ese nivel de análisis y precisión. Y lo mejor de todo es que Valiño ha conseguido hacer una obra amena, que se lee con rapidez a pesar de contener buenas dosis de documentación y hasta legislación. Desde el 23 de abril estaba aparcado como pendiente para mí. He ido hojeándolo todo este tiempo hasta que este verano me he puesto manos a la obra y me he sorprendido devorándolo. Porque el libro es un tesoro. Un auténtico tesoro que tendría que estudiarse en la Facultad de Historia de cualquier Universidad que se precie.

Valiño analiza la censura desde diferentes puntos de vista para acabar concentrado en su objetivo, los discos de rock. En estos se detiene en los motivos de la censura, en el por qué y en el cómo. Identifica las canciones o las portadas de los discos y, en este caso, añade gráficamente las dos versiones, la internacional y la censurada haciendo del libro algo divertido y que atrapa al lector. No les desvelaré lo que dice pero hay momentos realmente hilarantes que no es que rozan el absurdo, sino que lo sobrepasan. Valiño ha rebuscado en archivos y bibliotecas. Ha llegado incluso a hablar con uno de los encargados de la censura en los discos y localizó a los otros 3, ya fallecidos o sin ganas de hablar. Porque sí. Todo el trabajo de censurar discos lo hacían cuatro personas llamadas “lectores” que convertían la censura musical en un complemento de su trabajo original: censurar libros. Háganme caso. Quedarán atrapados al instante. Porque Valiño lo ha conseguido y no era fácil. El primer día destripé 180 páginas de un tirón y paré de leer porque tenía remordimientos al mirar el reloj y pensar que al día siguiente había que levantarse temprano. Búsquenlo. Un trabajo único, no sólo aquí, sino en el mundo.

Sonando: Poison Cup de M.Ward

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