Hay
cosas que no cuestan nada o, mejor dicho, cuestan bien poco. Sé que algunos no
lo creerán pero me atrevería a decir que el 90% de los críticos musicales (y me
quedo corto) no vivimos de esto. Más bien lo contrario. Corren malos tiempos.
Las discográficas, ya lo he dicho otras veces, han dejado de enviar discos para
enviar streamings, enlaces a bandcamp o similares. En muchas ocasiones ese era
nuestro pago por sumergirte en un disco horas y horas. Y sé que alguno tendrá
la tentación de pensar que qué suerte de trabajo. Y lo sería, si no lo
combinara con otro en una oficina, y si a veces no te tocara escuchar quince
veces seguidas un disco que, ya no es que pueda no gustarte, sino que en ese
momento no te apetece porque te gustaría oír otro. De esta manera tiene más
pinta de trabajo de voluntariado. Los medios se esfuerzan por llegar hasta
dónde pueden, que hoy en día y salvo contadas excepciones que todos imaginarán,
no es mucho. Por eso se agradecen los detalles. Gestos que, como decía al
principio no cuestan mucho y que te hacen sentirte recompensado en este
mundillo. El último de ellos me ha llegado de la banda catalana Partido.
Este
mes aparece en Mondosonoro mi reseña sobre su más que notable disco Leaving All
Behind. Cuando me tocó hacer el texto todavía nos e había editado y desde la
redacción sólo pudieron darme un Verbatim de avance. Con la reseña publicada recibo
un mensaje del grupo agradeciendo la crítica y pidiéndome mi dirección para
hacerme llegar la copia definitiva del disco. Esas cosas reconfortan. Te hacen
sentir bien. En definitiva, recompensan. Un disco, por cierto, magnífico. Y eso
que no es mi estilo al cien por cien. Ellos caminan por un pop-folk influido
por gente como Devendra Banhart, Pedro The Lion, Iron & Wine y, sólo a
ratos, My Morning Jacket o Simone Felice. Pero las canciones son lo
suficientemente bonitas y trabajadas para que te llame la atención. No son el
último hype de una revista de moda. Son horas y horas de ensayo, de estudio, de
arreglos. Con vergüenza se ponen rockeros sólo a ratos, y también lo hacen
bien. Con decirles que en el próximo disco de los renacidos Wallflowers de
Jakob Dylan dudo que haya un tema tan bueno como «Jesus» está todo dicho. Ah,
perdón, y gracias chicos.
Sonando:
Jesus de Partido
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