jueves, junio 21, 2012

Sacarle partido a las cosas


Hay cosas que no cuestan nada o, mejor dicho, cuestan bien poco. Sé que algunos no lo creerán pero me atrevería a decir que el 90% de los críticos musicales (y me quedo corto) no vivimos de esto. Más bien lo contrario. Corren malos tiempos. Las discográficas, ya lo he dicho otras veces, han dejado de enviar discos para enviar streamings, enlaces a bandcamp o similares. En muchas ocasiones ese era nuestro pago por sumergirte en un disco horas y horas. Y sé que alguno tendrá la tentación de pensar que qué suerte de trabajo. Y lo sería, si no lo combinara con otro en una oficina, y si a veces no te tocara escuchar quince veces seguidas un disco que, ya no es que pueda no gustarte, sino que en ese momento no te apetece porque te gustaría oír otro. De esta manera tiene más pinta de trabajo de voluntariado. Los medios se esfuerzan por llegar hasta dónde pueden, que hoy en día y salvo contadas excepciones que todos imaginarán, no es mucho. Por eso se agradecen los detalles. Gestos que, como decía al principio no cuestan mucho y que te hacen sentirte recompensado en este mundillo. El último de ellos me ha llegado de la banda catalana Partido.

Este mes aparece en Mondosonoro mi reseña sobre su más que notable disco Leaving All Behind. Cuando me tocó hacer el texto todavía nos e había editado y desde la redacción sólo pudieron darme un Verbatim de avance. Con la reseña publicada recibo un mensaje del grupo agradeciendo la crítica y pidiéndome mi dirección para hacerme llegar la copia definitiva del disco. Esas cosas reconfortan. Te hacen sentir bien. En definitiva, recompensan. Un disco, por cierto, magnífico. Y eso que no es mi estilo al cien por cien. Ellos caminan por un pop-folk influido por gente como Devendra Banhart, Pedro The Lion, Iron & Wine y, sólo a ratos, My Morning Jacket o Simone Felice. Pero las canciones son lo suficientemente bonitas y trabajadas para que te llame la atención. No son el último hype de una revista de moda. Son horas y horas de ensayo, de estudio, de arreglos. Con vergüenza se ponen rockeros sólo a ratos, y también lo hacen bien. Con decirles que en el próximo disco de los renacidos Wallflowers de Jakob Dylan dudo que haya un tema tan bueno como «Jesus» está todo dicho. Ah, perdón, y gracias chicos.

Sonando: Jesus de Partido

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