El nuevo
disco de la hijísima del rey me gusta. Me gusta mucho. Quizá la producción de
T-Bone Burnett tenga algo que ver en eso. O mucho. Porque desde luego, el disco suena a
él. De principio a fin. Y he de reconocer que, al principio, llegué a
preocuparme. La heredera del rey se había hecho más famosa por sus matrimonios
con Nicholas Cage o Michael Jackson, rey del pop (la cosa va de reyes), que por
sus pinitos en la música. Sus anteriores intentos no pasaban de ser aceptables
muestras pop. Eso sí, las fotos de promoción siempre realzaban su asombroso
parecido con papá. Parecía que estábamos viendo a Elvis con peluca y, a veces,
nos preguntábamos si en lugar de morir, el rey había decidido transvestirse e
iniciar una nueva carrera musical como mujer. Storm And Grace es su nuevo
trabajo y me tranquiliza ver que no soy el único.
La
revista digital Spinner dice que “Presley ha hecho su mejor disco con esta obra
maestra del mal humor y la exploración de demonios y ángeles interiores”.
Rolling Stone asegura que “el disco hace honor al nombre y las raíces sureñas
de su familia” y AllMusic asegura que “Lisa Marie ha desarrollado finalmente la
personalidad musical que más le conviene”.
En el
disco hay pop, claro, no podía ser de otra manera. Pero también hay música de
raíces y Burnett consigue de esa mezcla un resultado interesante. Siete años se ha
tirado Lisa Marie desde su anterior disco y los ha aprovechado. Ha mejorado
como cantante y, sobre todo, como intérprete. Además, su evolución como
compositora también es notable. Y encima, en esas tareas le han ayudado gente como
Richard Hawley, Ed Harcourt, Sacha Skarbek y Fran Healy. Precisamente Hawley
co-escribe tres temas con Presley que son de lo mejor del disco. Aunque mi
favorita es esa «Over Me» que lo abre con esa atmósfera puramente Burnett.
Lo dicho. Yo lo estoy disfrutando mucho.
Sonando:
Over Me de Lisa Marie Presley
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