
Entonces ¿qué ha pasado? Quizá ha intentado madurar su estilo y, a pesar de hacer un disco notable, no ha conseguido del todo su objetivo. Nada rompe la monotonía en un álbum bello a ratos pero demasiado lineal. Justin sigue caminando al borde del abismo, y su nuevo disco también lo hace. Y eso, lejos de ser algo negativo debemos convertirlo en todo lo contrario. No hay duda de que el tipo arriesga, porque hubiera sido mucho más fácil hacer un disco que siguiera la línea de Harlem River Blues. Pero ese no es el camino para un rebelde como Earle. Debía intentarlo y, a pesar de lo irregular del resultado, hay que aplaudirlo. Eso sí, Justin no se traiciona a sí mismo. Sigue fiel a su manera de entender la música. Es descarnado. Es directo. Es inquieto. Y esto se combina con la delicadeza de algunas de las canciones de este disco. Los vientos suenan tranquilos. Las steels evocan paisajes. Todo se relaja. Se hace fango. Aunque el músico sabe que ha ganado de antemano. No vamos a abandonarle por esto. Nothing’s Gonna Change the Way You Feel About Me Now.
«Memphis In The Rain» es puro Earle. Tanto Steve como Justin. Camina y te hace disfrutar. Y contrasta a la perfección con ese inicial «I Am That Lonely Tonight?» cercano, por ejemplo, a la propuesta de Amos Lee. «Look The Other Way» supura soul desde esa voz inicial tras el riff mientas «Down In The Lower East Side» es el ejemplo perfecto de ese cambio de sonido del que hablábamos. «Baby’s Got A Bad Idea» regresa ligeramente al rock and roll de Harlem River Blues pero los vientos a lo Stax la hacen diferente. Y «Maria» es un bonito tiempo sobre una relación rota. Suficiente para seguir confiando en él.
Sonando: Maria de Justin Townes Earle
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