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Sweet Mother K.D., como la llamaban en Greenwich Village, no publicó nada más en vida. La mujer a la que Dylan dedicó «Katie’s Been Gone», incluida en The Basement Tapes, cayó en una espiral de drogas y alcohol. La mala suerte se cebó con ella perdiendo a sus dos hijos, convirtiéndose en vagabunda y contrayendo SIDA. En 1993 moría en Nueva York, en casa del guitarrista Peter Walker, cuando sólo tenía 55 años. Por sorpresa, o no, si tenemos en cuenta lo que me dijo Brooks, llega ahora 1966, un disco que en una grabación de calidad media recoge a Karen junto a su marido Richard Tucker jugueteando con una serie de canciones. La cosa no varía mucho del repertorio que Dalton interpretaba entre 1962 y 1966 en directo. Así, con el único acompañamiento de banjo y guitarra, la voz de Karen se pasea por tradicionales como «Cotton Eyed Joe» y versiones como el «Other Side Of This Life» de Fred Neil, «Shiloh Town» de Tim Hardin o, sobre todo, «God Bless The Child» de Billie Holiday que no viene sino a reafirmar las palabras de Dylan en el primer volumen de sus memorias. Un Dylan que no dudaba en acompañar a Karen siempre que podía. Como en la foto. Cuando la música es maravillosa…
Sonando: Cotton Eyed Joe de Karen Dalton
1 comentario:
Cuando la música es maravillosa...todo es maravilloso y Karen era especial, su brown álbum es algo único Edu.
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