Nacida en 1947 en Birmingham, Alabama, y aunque algunos se empeñen en hablar de ella sólo para hacer referencia a su relación con Gram Parsons, Emmylou Harris es una de las grandes damas de la música de raíces. Si no la que más. Los 70 fueron buenos para ella pero los 80, como para tantos otros, supusieron un calvario para su carrera. Todo cambió cuando a mediados de la década de los 90, Daniel Lanois se cruzó en su camino. Porque si a Rick Rubin debemos la resurrección de Johnny Cash, a Lanois le debemos la de Harris y diría que hasta la de Dylan. En 1995 publicaron Wrecking Ball, disco producido por el canadiense e interpretado junto a músicos de su entorno como el habitual cantante Daryl Johnson. Canciones de Steve Earle, Julie Miller, Jimi Hendrix, Gillian Welch, Bob Dylan, Neil Young o el propio Lanois completan el artefacto. La guinda la ponen las colaboraciones de los propios Earle, Young, Kate McGarrigle o Lucinda Williams.
Harris tenía 48 años cuando grabó el disco y su rejuvenecimiento es evidente. Larry Mullen Jr. de U2 toca la batería en todo el disco. Un trabajo en el que, por encima de todo, está la atmósfera tan caractaerística que Lanois consigue para todas sus obras. Cuatro estrellas y media sobre cinco de AllMusic y 4 sobre 5 de Rolling Stone confirman las alabanzas de todo el sector. Eso sí, como todo no puede ser perfecto, los más talibanes del country se cargaron el disco y éste no recibió ningún tipo de promoción en las radios del género. Peor para ellos.
Sonando: All My Tears de Emmylou Harris
Sonando: All My Tears de Emmylou Harris
2 comentarios:
Si, señor.Un discazo de principio a fin.
Muy buen disco,yo lo escuché mucho cuando se editó.
Otro álbum que escuché a menudo en el 99,el año de su edición,fué el que sacó Emmylou con Linda Ronstadt llamado Western Hall/The Tucson Sessions.
Publicar un comentario