El viernes vi, por fin, Moon. Varias eran las personas que me habían recomendado la película pero cuando Andreu Cunill también lo hizo a lo largo del concierto de Bottle Rockets, el jueves, pensé que este fin de semana tenía que encontrar el momento. Así lo hice y doy fe que mereció la pena. De hecho la crítica parece opinar como yo porque el año pasado se llevó varios premios en el festival de Sitges. Mejor película, mejor actor, mejor guión y mejor diseño de producción. No está mal ¿no?
"Esta fascinante alucinación te va atrapando y te golpea fuerte. Moon es una potente provocación que se apoya en ideas en lugar de trucos de ordenador para resultar excitante”. (Peter Travers: Rolling Stone)
La cosa, claro está, es ciencia ficción. Pero no hablamos de marcianitos y guerras de naves espaciales. Aquí hay mucho más. La película “mosquea”. Da que pensar. Te atrapa. De hecho está ambientada en un futuro relativa y teóricamente cercano. El hombre tiene una base en la luna en la que tiene destinado un único astronauta (un espectacular Sam Rockwell que lo borda) al que después de tres años de destino le llega el momento de regresar a la tierra con su familia. Moon provoca. Te enerva y te hace cavilar. Su atmósfera te carga, te pesa y casi te olvidas de que estás viendo una película de ciencia ficción por la ausencia, casi absoluta, de efectos especiales. Te mantiene intrigado a pesar de descubrir “su gran secreto” a media película. Sufres y disfrutas ¿qué más se puede pedir? Su presencia en las listas de mejores películas del año pasado no me sorprende en absoluto. Vale la pena.
Sonando: Man On The Moon de R.E.M.
2 comentarios:
la vi en el estreno, y cuanto más pienso en ella más me gusta..
Pues tenía bastantes ganas de verla auqnue ya la tenía olvidada. Parece que trata la ciencia ficción con buenas manersa, así que seguro que me gusta.
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