lunes, enero 11, 2010

Adiós Lhasa

El otro día hablaba de mujeres y hoy sigo por el mismo terreno pero motivado por una noticia triste, la desaparición de Lhasa de Sela. La cantante México-americana combinaba como nadie la música de raíces mexicanas con el rock y con el folk. Cuando nació sus padres tardaron cinco meses en ponerle un nombre porque no se decidían por ninguno. Finalmente escogieron el nombre de la capital del Tíbet porque su madre estaba leyendo en aquel momento Libro tibetano de la vida y la muerte. Pasó su infancia como una especie de nómada transitando las carreteras de México y California en un autobús que sus padres convirtieron en el hogar de cuatro niñas, tres tortugas, dos gatos y un loro. Sin lujos. Ni televisión, ni teléfono ni agua corriente.

Su último disco, llamado simplemente Lhasa se editó el año pasado. Como Rupa Marya, de la que hablaba hace unos cuantos posts, su base central se hallaba al principio en San Francisco aunque ella era nacida en Woodstock. Curiosamente muchos de los músicos situados en San Francisco acaban por meterse en terrenos de fusión con la música mexicana. Entiendo que la proximidad geográfica hace mucho pero creo que la idiosincrasia de la ciudad también tiene mucha culpa de ello.

Lhasa se trasladó a Montreal con 19 años. Y allí dio forma a su primer álbum. Se llamaba La Llorona y fue el mayor éxito comercial de su carrera. Hasta 400.000 copias llegó a vender de él. De padre escritor y madre fotógrafa, Lhasa parecía hacer confluir en su música lo transmitido genéticamente por sus progenitores. Era una perfecta escritora y descriptora de imágenes. Charlie Gillet llegó a decir de ella que si Nico y Leonard Cohen hubieran tenido una hija en los 70, esa sería Lhasa.

Además, Canadá le otorga la paz que no le da la ciudad californiana. Allí se interesa por el circo y empieza a trabajar en él junto a sus hermanas. Hizo de payaso,de funambulista y de acróbata. Eso le lleva a trasladarse a Marsella y conocer la Chanson francesa. Es en esa ciudad donde compone su segundo disco, The Living Road en el cual introduce el francés como lengua. Su fama tuvo un repentino empujón cuando una de sus canciones se vio incluida en la banda sonora de Los Soprano.

Y el año pasado publicó su tercer y último disco. Cantado íntegramente en inglés. Cuando el cáncer ya hacía mella en su cuerpo. Murió sin saber prácticamente si al público le había gustado el 1 de enero de este 2010. Sólo tenía 37 años. Pues sí Lhasa. Nos gustó. Nos gustó mucho y eso hará que se te eche de menos.

Sonando: Rising de Lhasa de Sela

2 comentarios:

TSI-NA-PAH dijo...

Que triste noticia, aunque no conozca su musica muy bien,he oido hablar mucho de ella y es una verdadera injusticia ue alguien se tenga que morir tan joven.que descanse en paz.
Un abrazo

manel dijo...

Nunca he escuchado una canción suya. De hecho hasta que no leí las primreas noticias de su muerte desconocía su existencia. Maldita la razón pero intentaré acercarme a su obra. Un saludo.