Toca cambiar de plástico del
momento. Tras unas semanas con Jack White como protagonista, toca el turno del
enorme John Hiatt que ha vuelto a hacer un disco tremendo, Terms of my surrender. Pero mientras hago
el cambio se me ocurren una serie de preguntas que lanzo al viento ¿es tan caro
hacer un vinilo como nos aseguran? ¿Es necesario que algunas novedades salgan a
precios por encima de los 30 €uros? ¿Cómo se explica entonces que el disco de
Jack White lleve todo lo que lleva y se pueda comprar por 20? ¿No le habrá
costado nada incluir un holograma? (búsquenlo) ¿Ni que un tema empiece de forma diferente
según donde coloques tu aguja? ¿O que se incluya una canción a 78 rpm? ¿Incluso
que una cara vaya al revés en tu plato? A eso en marketing se le llama cuidar al cliente,
que en este caso es el oyente. Y de expertos en la materia van cargadas las
disqueras. Que se apliquen el cuento ¿no? Si White puede...
Sonando: Marlene de John Hiatt
1 comentario:
amén
Publicar un comentario