Que
el barbudo de Indiana es uno de los grandes compositores de la música
americana de raíces actual no lo digo yo, lo dicen sus canciones. Aunque
si no se fían de ello es suficiente con escuchar las palabras que
continuamente vierten sobre él gente como Billy Bragg, Steve Earle o
Elvis Costello, que de esto saben un rato. Seguro que eso animará a los
que no conocen a este excelso músico a acercarse a este nuevo disco,
porque a los que alguna vez han escuchado alguno de sus temas no hará
falta convencerlos. «Ghost Of Our Fathers», «The darker side of me» o
«No rust on my spade» con una combinación violin-acústica maravillosa,
son algunas de sus nuevas aportaciones a un cancionero del que muy pocos
pueden presumir en la escena roots. Por si eso fuera poco, y para
acabar de convencerse de la grandeza de este gran desconocido, no están
de más unas escuchas de su podcast Thanks For Giving A Damn,
que ayudan a entender a la perfección como alguien puede ser capaz de
realizar algo tan maravilloso como la música contenida en estos
recuerdos de una juventud malgastada.
Reseña publicada en la web de Ruta 66 y en el número de junio de la revista.
Sonando: The darker side of me de Otis Gibbs
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