Voy a hablar del concierto
de Vintage Trouble de ayer intentando darle a estas palabras una óptica
distinta a la habitual. La verdad es que la cosa pintaba bien. El bolo reunía
los condicionantes para ser uno de los grandes eventos de la temporada. La
fecha lo situaba como probablemente el último concierto del curso para muchos
(yo cerraré con Calamaro el jueves). Además se trataba de la última fecha de
una gira ensalzada por activa y por pasiva en las redes sociales, que
presentaban a la banda como un auténtico cañón. Nombres reconocidos de la
crítica así lo confirmaban. Así que, como no podía ser de otra manera, la sala
estaba llena. Incluso diría que es el concierto en el que recuerdo a más
redactores ruteros en los últimos tiempos. Apostaría a que superábamos la
decena.
Mi posición en la sala,
casi en la puerta de salida, iba a ser una rémora importante para meterse en el
concierto, sin duda. En cuanto a este, como tal, diría que fue notable y poco
más me extenderé. La banda fue como su único disco. Efervescente y yendo de más
a menos, en mi opinión. Son profesionales, son muy buenos músicos y tienen un
frontman espléndido, pero diría que les falta algo (¿canciones?). En todo caso, insisto en
que se trató de un buen concierto.
Pero lo que de verdad me
marcó y me demostró lo que es la banda es un detalle extra musical soberbio.
Sucedió al acabar el concierto. Los de Hollywood, con Ty Taylor a la cabeza se
bajaron del escenario sin pasar por camerinos, cruzaron por en medio de la
gente y se pusieron en el merchandising a hacerse fotos y firmar discos. Eso,
que parece algo normal, no es tan habitual a nos er que el bolo se celebre en
una sala pequeña. La gente no tuvo que esperar ni un minuto para estar con
ellos y hacerse con su LP o su EP (¿por qué sólo un EP desde 2011?) a precios,
por cierto, bastante aceptables. Otro detalle este del que pecan muchas bandas.
Eso es cuidar a tu gente. Eso es saber que los que están allí han hecho un
esfuerzo económico para verte. Y también han prescindido de una noche de lunes
en zapatillas en su casa viendo cualquier película. Lo han hecho para verte a
ti y tu no solo les das el concierto sino un plus. Ese plus que puede hacer que
la próxima vez que pases por la ciudad vaya de nuevo a verte. Tipos listos. Larga
vida al rock’n’soul.
Sonando: Nobody told me de Vintage Trouble
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