El martes estuvimos viendo en la 2 el cortometraje Una historia para los Modlin de Sergio
Oskman que se llevó el primer premio del XIV Concurso Iberoamericano de
Cortometrajes Versión Española/SGAE. Tanto a Rakel como a mi nos pareció un
digno ganador. Sorprendidos nos mirábamos por el enganche que íbamos teniendo
hacia una historia de ficción que parte de la realidad ¿les suena? Efectivamente,
igual que sucede con mi novela Debo ser
muy buena presa cuando tengo tantas escopetas apuntándome.
Vamos con el corto. La historia parte de unas fotografías y
una cinta de vídeo VHS encontradas tiradas en el centro de Madrid. A partir de
ellas se realiza una investigación en la que se llega al personaje principal de
esas fotos, Elmer Modlin y su familia. El tipo no era más que un actor de poca
monta cuyo mayor logro fue aparecer como figurante en una de las últimas
escenas de La semilla del diablo de
Roman Polanski. Hasta aquí la realidad. A partir de ahí, el autor inventa, a
partir de lo que le sugieren las fotografías, una historia que bien podría ser
la real o no, pero que en todo caso es la que le han sugerido esas fotos. El
mismo Oskman reconocía en el debate posterior haber logrado enviar una copia
del corto a un sobrino de Modlin y como este le reconoció que su visión se
acercaba mucho a la realidad, aunque no los detalles. A partir de ahí se entabló
una discusión en plató sobre lo lícito de hacer algo así que tanto a Rakel como
a mi nos llevó a pensar en mi novela. El director era “atacado” asegurando sus
compañeros de tertulia que el espectador podía confundir el documental con la
ficción. ¿Y qué? respondía él, ¿dónde está el problema? Yo no le he dicho a
nadie que fuera una biografía real, más bien al contrario. Detrás de cualquier
foto uno se crea siempre una historia mental y eso es inevitable. Me sentí
muy identificado con él, y más aún cuando supe que era periodista.
Servidor escribió su novela no partiendo de fotografías,
sino de las historias que mi abuelo me había explicado. A partir de ellas
investigué un poco, lo justo, y me creé mi propia realidad intentando mantener
siempre lo que yo creía que era la personalidad de sus protagonistas,
especialmente del central. Curiosamente, e igual que le sucedió a Oskman,
contacté con Elena, compañera de El Cabrero, mi principal personaje quien tras
leerse el libro me escribió “me lo leí de
un tirón y hasta me he reído porque los personajes son reales y retratados en
esencia pero sí que es una obra de ficción”. El resto de cosas que hablamos
queda en el ámbito de lo privado. La cuestión es que, siguiendo el paralelismo
con el corto de los Modlin la ficción había llegado al fondo de la realidad,
aunque quizá por otros caminos. Eso sí, manteniendo siempre su condición de
ficción, alejada de lo que probablemente pasó. Si pueden busquen el
cortometraje y entenderán a qué me refiero.
Sonando: Welcome to
reality de Adolescents
2 comentarios:
El corto de Oskman está realmente muy bien, lo ví en La 2 hace un par de días. ¿Donde se puede encontrar tu libro en Madrid?
Saludos,
JdG
Hola Javier, teóricamente en FNAC. Si no en Lupercalia Ediciones te lo envían sin gastos de envío.
Yo también vi el docu precisamente en la 2.
Un abrazo
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