Página leída. Eso es ya el 2013. Todo lo que ha sucedido ese
año ya ha quedado atrás. Para algunos con fechas marcadas a fuego en nuestras
vidas para siempre. Para bien y para mal, aunque prefiero quedarme con lo
primero. Cientos de discos escuchados, muchos destinados a olvidarse, otros,
los menos, cuyo destino es quedarse con nosotros como parte de la banda sonora
de nuestras vidas. Y así llega 2014, con algunas novedades suculentas ya
sonando en mi equipo. Tres, concretamente, ocupan mi atención estos días.
Bruce Springsteen se saca de la manga High Hopes, un álbum
extraño y que desubica al oyente. Manel Celeiro lo define simplemente como “una excusa más para una macrogira”. De
eso no hay duda aunque creo que la mejor definición la realiza mi buen amigo Héctor
G. Barnés cuando asegura en Point Black que “Cuando se anunció la publicación de High Hopes, quedó claro que
Springsteen había aprendido la lección de Working on a Dream (Sony, 2009). Si
aquel álbum, de carácter inequívocamente menor, fue vapuleado al presentarse
como la secuela del furioso y notable Magic (Sony, 2007), Landau y su protegido
han decidido apuntar más bajo con esta nueva entrega al ser presentada como un
disco de rarezas y versiones, promocionado a través de la versión de Tim
Scott-McConnell que da título al álbum. Por primera vez en décadas, un nuevo
álbum de Springsteen no se presenta como una declaración de intenciones de su
autor, sino como una colección de canciones que, en palabras de su autor, “merecían
ser editadas”. El resto del texto se puede leer AQUÍ.
Tampoco exento de polémica está el nuevo lanzamiento de unos
Drive By Truckers a los que cada vez se les echa más en falta la presencia de
Jason Isbell. Recibo mensajes en Twitter que directamente me dicen “¿Qué les pasa a los Truckers?”. Yo lo
tengo claro: Isbell, Isbell, Isbell. El disco, English Oceans, no es un mal trabajo, ni mucho menos, pero sí que
carece de chispa, rémora esta de la que vienen adoleciendo sus últimas entregas.
Los que lo tienen tan claro como siempre son The Fleshtones.
Aquí no hay trampa ni cartón. Dan lo que esperas de ellos, ni más ni menos. Wheel of Talent son trece nuevas canciones
cargadas de fuzz, farfisas y buen rollo a raudales. Pocas bandas tienen tan
claro que no quieren ser más que lo que son. Así ya les vale y, desde luego, a
nosotros también.
Sonando: Roofarama
de The Fleshtones
3 comentarios:
Leí la noticia y me sorprendió, su anterior trabajo está muy reciente y todavía perdura su sombra. Iremos a por él en cualquier caso.
Saludos.
A ISbell le pasa igual en mi opinión. Sus trabajos en solitario, aún conteniendo buenas canciones, no llegan a las cotas de lo que ofreció junto a Hood y Cooley...Saludos...
Los Truckers han grabado discos sin Isbell de muy buen nivel. Estaré al tanto de su nuevo disco. Gracias por la primera noticia.
Saludos,
JdG
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