Hace
como un mes entrevisté a Ignacio Julià para Mondosonoro con motivo de la
publicación de su último libro dedicado a Sonic Youth, en una entrevista que se
puede leer en la página web de la revista. Como suele ser habitual, ahí van la
mayoría de preguntas que han quedado fuera de la entrevista que son muchas e
interesantes.
Prometes en el texto que te
presenta en el libro que esta será tu última hagiografía. Por suerte eso sólo
te excluye de lo sacro, así que no será tu último libro, ¿no?
Lo
de hagiografía o vida de santos es irónico, pues pese a mi familiaridad con el
grupo, creo haber sido crítico con ellos y su obra. Y, de hecho, así lo
ratifican algunos lectores. Lo de que sea mi último libro es muy posible: por
pura biología, ya no voy a tener otra vez la oportunidad de congeniar con un
grupo de la importancia de Sonic Youth, estando ellos y yo en la treintena, y
seguir su trayectoria de cerca durante 25 años, hasta su separación que, sea
momentánea o no, marca un antes y un después. La misma idea de un libro, y lo
digo con desolación, parece estar llegando a su fin como objeto. Así que
Estragos… posiblemente será mi última biografía, aunque no descarto publicar
otras cosas en el futuro.
Vamos con una de las
típicas. Estragos de una juventud sónica: ¿qué se esconde tras ese título?
Creo
que no esconde demasiado: se refiere a las rozagantes cicatrices de una
juventud que, fisiológica que no mentalmente, quedó atrás. La banda se despidió
con un gran disco, The Eternal, que les dejó en lo más alto, pero nuestra etapa
de máxima actividad e incidencia, la suya y la mía, ya ha pasado. El mundo es
otro, transformado por la dimensión paralela de lo digital, y mi profesión,
periodista musical, deberá transformarse o desaparecer. Con 57 años, me sitúo
ante ese futuro con entusiasmo, ansioso por dejarme sorprender, pero las
energías ya no son las mismas. Yo no puedo conectar con las nuevas bandas como
el público de su misma generación, y tampoco me satisface ahora mismo entrar en
el rol de trasnochado veterano, de sabio que no lo es. Pero creo que aún tengo
mucho que aportar. Ya veremos…
Es curioso leer a Ranaldo
reconocer, junto a influencias más o menos esperadas como Minutemen o Meat
Puppets, otras sorprendentes como Madonna. ¿Qué opinas de eso? ¿Podrán perdonárselo
los fundamentalistas?
La
amplitud de miras y la curiosidad sin prejuicios ha sido una de las
características de Sonic Youth, una de sus virtudes. Forma parte de la falta de
complejos del carácter norteamericano, una cultura mucho menos acomplejada que
la nuestra, tan vieja. En cualquier caso, lo que admiraban de Madonna era algo
más que música; entre otras cosas, su reconfiguración del canon femenino ante
los medios y el público. Kim Gordon tomó buena nota, claro, y sin quererlo
actúo madrina de las riot grrrls. Más raro se me hacía, en 1988, que Ranaldo
fuese un Deadhead, aunque ahora lo comprendo perfectamente. Ambas bandas parten
de la tradición, cada una de la suya propia, para extenderla hasta el infinito
si eso fuese posible.
En otro momento del libro
Ranaldo asegura en una declaración de 2001 que “nuestro método consiste en
tocar y dejar que nos guíen las influencias del momento”. Sin embargo la banda
ha mantenido una coherencia en cuanto al sonido en toda su carrera, ¿cómo es
eso posible?
Se
refiere a confiar en la intuición por encima de cualquier otra cosa, que creo
debe ser el método de todo artista que merezca ser llamado así. Sus canciones
surgían de improvisaciones en el local de ensayo, quizás basadas en un riff que
alguien había aportado, pero desarrolladas colectivamente. En sus últimos
tiempos, con una magistral abstracción. Otro de los aspectos que desvela el
libro es que, pese a ser venerados como influyentes pioneros de la escena
alternativa, en realidad fueron también muy hábiles subiéndose a diversos
trenes: la no wave, el hardcore, el lo-fi, la vanguardia… Esto mantenía fresca
su música incluso cuando su estilo ya había solidificado.
Sigo con Lee. Dice que
“Probablemente no existiríamos sin Nueva York”. Y a la inversa, ¿sería lo mismo
la música neoyorquina sin SY?
Como
toda gran metrópolis, Nueva York actúo y actúa como catalizador de cada nueva
propuesta expresiva que allí surga en épocas distintas, sean estas el jazz, el
folk, el rock, el rap, etc. En ese sentido, Sonic Youth serían parte de una
cadena histórica formada por Velvet
Underground, New York Dolls, Patti Smith, Ramones, Television, etc. Como dice
Thurston Moore en el libro, Nueva York pasa por cuna del punk, pero siempre fue
mucho más art-rock que punk.
Siempre se habla de Sonic
Youth como padres del movimiento grunge de los noventa, sin embargo nunca te he
visto muy interesado por las bandas que lo formaban. ¿Estoy en lo cierto? Si es
así, ¿por qué?
Cuando
el primer disco de Sonic Youth para Geffen, Goo, factura 150.000 copias, los
ejecutivos del sello insisten en pedirles consejo. De hecho, en su contrato
figuraba una cláusula por la que podían llevar grupos a la discográfica y
alentar su fichaje, llevándose una comisión por cada fichaje. Los primeros
recomendados efusivamente fueron… ¡Nirvana!, que vendieron millones y motivaron
que todas las discográficas buscasen su grupo alternativo. Personalmente
siempre preferí a Sonic Youth, Dinosaur Jr., Yo La Tengo, Pavement, etc., a la
otra división, comercialmente más exitosa, que motivó Nirvana, es decir,
Smashing Pumpkins, Soundgarden, Pearl Jam, etc. Unos provenían de Velvet
Underground y el punk, los otros añadían a esa ecuación a Black Sabbath o Led
Zeppelin. No era lo mío.
Es curioso que una banda
finalice porque acabe algo tan vital como un matrimonio, ¿no? ¿No representa
eso lo vitalista (en el sentido de trascendental) de su propuesta?
Glenn
Branca compara en el libro a Sonic Youth con los Beatles, en el sentido de que
son cuatro personalidades totalmente diferenciadas pero artísticamente
compatibles. Por decirlo de otro modo, no se entiende a Sonic Youth sin, por
ejemplo, Kim Gordon. También es cierto que habían llegado a un punto de su
carrrera en que lo tenían ya casi todo dicho. Si vuelven, espero que sea como quiere
Ranaldo: no sonando al pasado, sino como en toda su discografía, sonando al
futuro.
SY es una banda masculina en
la que la presencia de una mujer como Kim Gordon se hace esencial. ¿Cómo
valoras su aportación?
Lo
afirmo en el libro: Kim Gordon era el elemento más radical en Sonic Youth, por
varias razones. Una, porque llegó al grupo sin prácticamente haber tocado un
instrumento y nunca quiso aprender a tocarlo de modo convencional. Segundo,
porque, como ella dice, al estar todavía fuera del sistema, toda mujer alberga
a una anarquista. Por último, porque supo jugar con el rol de la ‘’chica de la
banda’’ rompiendo tópicos, siendo atractivo sexual pero al tiempo núcleo
maternal, autora de los temas más caústicos y al tiempo racionalizando lo que
hacía el grupo desde la perspectiva de una artista conceptual.
¿Qué te lleva entre tantas
bandas a decidir pasar unos meses de tu vida sumergido en hacer un libro sobre
Sonic Youth?
Sentir
una cierta responsabilidad: disponía de un material, un cuarto de siglo de
entrevistas y vivencias junto a ellos, que no podía dejarse perder. Hay en
España varias generaciones ya abonadas al indie-rock y los festivales, merecen
y deben conocer la historia de una de las bandas que abrió camino para que el
rock evolucionase. Ya hay buenos libros en inglés sobre ellos, por eso quise
que la perspectiva fuese localista y personalista, pues solo explicándolo desde
aquí, la conexión JFK-El Prat pasando por Granada, Madrid o el sur de Francia,
y contándolo desde mi pellejo, puedo conectar profundamente con mis lectores.
Espero que los haya…
2 comentarios:
Magnífica entrevista; estuve en la presentación del libro en Madrid y quedé sorprendido por la cercanía de Ignacio con el grupo, además de por las tablas que demostró con el entorno. El libro está en la cola (muy cercana) de mis próximas lecturas.
Saludos,
JdG
The Eternal, el último disco de los Sonic fue mi primer álbum de los newyorkinos y de ahí tiré para atrás. Y ello gracias a Ignacio. No crecí con ellos por lo tanto, y sí con Pearl Jam pero ciertamente, su música me ha calado. Lástima no poderlos ver en vivo tras la separación del matrimonio. Te leo a diario, pero sólo dejo comentarios cuando me intersan tus posts. Juas! ;)
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