Andaba esta banda de curioso nombre preparando la publicación de su primer disco en 2010 cuando el bajista, Omar Nambo decidió abandonar y empezar una carrera por su cuenta en Los Ángeles. Compuestos, sin bajista y con la inseguridad de la grabación, Manuel García y Álvaro del Norte, guitarrista y vocalista respectivamente, y principales cabezas visibles del proyecto, deciden regrabar el álbum al completo. Fichan a Marcus Cazares, hermano de su otro guitarrista y se meten de nuevo en el estudio para registrar la galleta que ahora suena en mi equipo.Cercanos a la propuesta de los Zeros pero más mexicanos que estos, la etiqueta que mejor se adecua a la banda es la de punk-rock mariachi. Pónganme la medalla por la invención si es que alguien no había dado ya esa definición a los discos, por ejemplo, de Mariachi El Bronx. Lo suyo es combinar guitarras candentes, distorsionadas y aceleradas, con violines, tololoches y guitarrones. Que alguien los haya llamado los Dropkick Murphys de la frontera tampoco me parece desacertado. Así que a divertirse güey.
Sonando: Scene Unseen de Piñata Protest
Reseña para la web de Ruta 66
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