martes, mayo 08, 2012

De vuelta en Mondosonoro

Regreso a escribir en Mondosonoro. Aunque la verdad es que su dirección me ha tratado siempre como si nunca me hubiera ido del todo. He seguido votando los discos del año y recibiendo sus mailings internos, entre otras cosas. El Mondo y Joan S. Luna fueron de los primeros que me dieron una oportunidad real, hace ya una pila de años. Allí hice mi primera entrevista “grande”. Fue con Ben Harper y los nervios me hicieron pasarme la entrevista diciéndoles “habitually”, cosa que no significaba absolutamente nada. Llegué al Mondo justo el día que me despidieron de mi empresa anterior. Recuerdo estar reunido en la redacción aceptando sus condiciones mientras me llamaban al móvil para despedirme. No diré ahora que es mi revista favorita ni que comulgo al 100 % con su línea editorial. Eso sería una hipocresía. De hecho, quien me conozca sabe que en el Ruta encajan más mis gustos. Pero el Mondo me da otras cosas y por eso, si puedo compaginarlos ¿por qué no hacerlo? De hecho tampoco comulgo al 100 % con la línea del Ruta. Y es que todos, absolutamente todos, si nos dieran la dirección de una revista la haríamos de manera diferente. Por eso es tan complicado dirigirlas y sus capos tienen tanto mérito. Se llame Uncut, Mojo, NME, Ruta 66 o Mondosonoro.

Decidí dejar de escribir en el Mondo al mismo tiempo que dejé la dirección de SonicWave Magazine. No podía más. Mi tiempo escaseaba y la cabeza podía acabar explotándome. Me quedé con el Ruta porque ¡es el Ruta leches! Allí escribía a gusto y puestos a elegir no lo dudé. Y acerté. Aunque empecé a echar de menos al Mondo rápidamente. Primero porque me permitía hablar de otras cosas. En el Ruta estaba demasiado encasillado (quizá por mi propia culpa) y mis artículos estaban y están enfocados a un determinado estilo de música. Allí, por ejemplo nunca hubiera entrevistado a alguien tan interesante como John Vanderslice. Al menos no en aquel momento. Luego las cosas cambiaron y todo fue, en mi opinión, para mejor. Pero había otra cosa que echaba de menos del Mondo y son las conversaciones con Joan S.Luna. Habitualmente nos poníamos como un trapo por e-mail. Yo le llamaba modernillo y él a mí rockero de pacotilla. Sus comentarios irónicos me encantaban y dejé de recibirlos, claro. Y luego, sobre todo, estaban las visitas a la redacción para charlar sobre música y recoger material. La semana pasada se produjo la primera de la nueva etapa. Joan es un tío respetuoso. Mucho. Más abierto de lo que puede parecer ¿su defecto? El mismo que el de todos. Tiene sus gustos ¿no tiene derecho? Pero habla con la seguridad del que no esconde su manera de ser. A él le flipan Standstill. A mí no. Lo hablamos y acabamos en un punto medio. Siempre. Absolutamente siempre. Pero lo bueno es precisamente eso, que somos capaces de hablarlo. Y así con un montón de bandas. Él conoce mis gustos porque me conoce hace un montón de años, pero siempre me cuela algún disco que “debes escuchar porque igual te mola”. Eso no tiene precio. A veces acierta y a veces no, pero se lo puedo decir con total confianza. Que no se me malinterprete, en el Ruta también, pero hoy estoy hablando de otra cosa.

Toni Castarnado prendió la llama que me hizo volver definitivamente. Y así lo he hecho. Allí estamos de nuevo. En el Mondo y también en el Ruta, claro. Precisamente iniciamos hace semanas una serie en la web routier llamada Espacio Exterior en la que nos dedicamos a entrevistar (en concreto lo hace Manel Celeiro) a periodistas musicales de medios ajenos al Ruta. Para que nos den algo de estopa. El primero fue, por derecho, Joan. A la pregunta sobre lo mejor y lo peor del Ruta respondió “lo mejor es que muchas veces, sin vosotros, la gente no recordaría que hay más de sesenta años de historia del rock. Nosotros somos una revista de actualidad y no solemos echar la vista muy atrás, pero vuestros artículos sobre los sesenta o los setenta suelen ser fantásticos. Vuestro trabajo en ese sentido es excelente, y realmente estoy convencido de ello. Eso y que tenéis algunas firmas actuales que saben de lo que están hablando. ¿Lo peor? Que aún existan algunos redactores e incluso lectores que estén convencidos de que no existe nada que no les guste que realmente valga la pena. Vamos, que serían capaces de contestar aquello de que “a mí solamente me gusta la buena música”. Ese integrismo malsano no lleva a ningún lugar, y considerar que los grupos que a uno le gustan son los buenos y los que no le gustan son los malos... ¿En serio aún estamos con esas?”. Una muestra clara de su forma de pensar.

Sonando: Temple Beautiful de Chuck Prophet

4 comentarios:

Nikochan dijo...

Pues felicidades por su regreso. Una revista con sus fallos y lagunas, pero indispensable y callejera. La revista del pueblo. Y un referente claro. Le felicito por su vuelta al redil y no deje el ruta66!!! Qué suerte tiene de poder trabajar haciendo lo que le gusta! (envidia cochina!! je, je)....

Por cierto, grande Chuck Prophet.... Puede que el miércoles en Apolo usted y Chuck vean a un extraterrestre. Saludos!

Unknown dijo...

Una revista que me gusta bastante. Aunque un servidor es más del Popu o de la This Is Rock. ¡Saludos!

Elena dijo...

Felicidades! Seguro que lo harás muy bien...as habitually ;)

manel dijo...

Sinceramente, no sé de donde cojones sacas el tiempo Edu...Esta noche en RICH HOPE me lo explicas...Yo no doy abasto...Saludos!