Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las compañías mandaban discos a las redacciones de las revistas para que los redactores pudieran escuchar sus nuevos lanzamientos. Esas mismas compañías decidieron devaluar la música de sus artistas y muchas pensaron que era suficiente con enviar un link para escuchar, la mayor parte de las veces en streaming de mala calidad, sus novedades. Ellas sabrán. Quedan algunas, pero cada vez son menos. Por eso una historia como la que voy a contar ahora difícilmente sucederá en estos tiempos.
Corre 2009 (les dije que no era muy lejano) y recibo un mensaje de Toni Castarnado: te he dejado un disco en la redacción del Ruta. Lo he escuchado y me ha encantado pero he pensado que este disco es más tuyo. Es más tu rollo. El tipo se llama Emit Bloch. Si no te entra a la primera dale más oportunidades. No hizo falta. Entró a la primera.
El disco, distribuido aquí en 2010, era Dictaphones Vol.1 y era ¡su séptimo disco! El título viene motivado porque todo el álbum está grabado con un dictáfono que es un trasto de una sola pista que se utilizaba para grabar discursos de políticos. Eso le da al disco un rollo increíble. “Me recuerda a Woody Guthrie” dice de él Beth Orton. Y a mí también. Uncut le sopló al disco cinco estrellas y calificó a Emit como un compositor excelente. Y encima, el álbum logró desatar la polémica por sus medios de grabación cuando los compradores de atunes pusieron una de sus canciones en los primeros puestos. El prestigioso DJ Steve Lamacq llegó a preguntar en antenas: “¿Es esta la respuesta del público a los problemas de la industria discográfica?”. El profesor volvió a acertar.
Sonando: Rolling Home de Emit Bloch
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