De un tiempo a esta parte se está poniendo de moda que los propios artistas pongan a disposición del público sus discos antes de la fecha de salida para poder ser escuchados en streaming. La última ha sido Lucinda Williams con su Blessed (discazo, por cierto). En el fondo es lo mismo que filtrarlo en baja calidad, porque el susodicho es ripeado rápidamente y empieza a aparecer en cientos de páginas de descargas. A mí, no me parece mal ¿quién soy yo? Y, en el fondo, demuestra que tan malo, tan malo, no será esto de Internet, que dirán algunos. O que, si no puedes con tu enemigo, te alíes con él, según otros. Los hay que defienden el placer de desprecintar. De “desvirgar” un disco. Observar su portada, sacarlo de la funda, ponerlo en el plato, y situar la aguja encima suyo mientras da vueltas a 33 o a 45 revoluciones. Yo disfruto ese momento como el que más. Pero no le doy especial importancia a haber oído el disco antes, aunque entiendo al romántico que sí lo hace. De hecho soy de los que se lanzan a oír esos adelantos con impaciencia. Ya saben, mi carácter.
Y unido a todo esto recojo una polémica que el otro día leía en un foro. Allí se aseguraba que ha bajado la calidad de las ediciones en vinilo y ha subido la de los CDs. Y pensándolo, no es del todo descabellado. Yo de un vinilo no espero sólo una portada grande y una determinada calidad de sonido. También busca una buena funda, un encarte, algo. Cada vez son más los que añaden un plus a los discos compactos mientras que el vinilo parece suficiente con editarlo en un sobre blanco. Aunque hay excepciones. Sin ir más lejos el último disco de Social Distortion es delicioso, en cuanto a presentación. Los hay que se lo curran, y mucho. Ryan Bingham, por ejemplo, ha editado su último disco con sólo 3 caras y en la cuarta hay un avión grabado sobre el vinilo. Eso hace que aunque no sea su mejor disco yo lo haya comprado con el placer del melómano. Así que ¿será verdad eso de que los CDs se lo curran más? ¿Será el último intento de la industria por salvar un formato que murió hace tiempo en manos del viejo vinilo?
Sonando: Discos de Antes de Quique González
4 comentarios:
Hay de todo.También hay artistas que son unos rancios y pasan de cuidar sus ediciones.En el de Social Distortion lo han hecho bien y en el de Gregg Allman tambien (y ambos llevan temas extras).Hay otros como tu amigo Dylan, que parece que solo cuide sus bootlegs series.
Como tú, yo soy adicto a desprecintar. Es un ritual que me encanta.
Respecto a lo otro, sí. Hay discos que he comprado en CD porque su edición era más cuidada que la del vinilo; con un libreto currado y más información (letras, créditos, etc.) que en el vinilo. Qué pena que pase eso, el vinilo tiene tantas posbilidades...
Depende, en cada formato hay ediones más o menos completas. A mí también me encanta desprecintar, de moemento me resisto a la escucha del Blessed antes de tenerlo en mis manos...Pero no creo que pueda aguantar mucho..Ja, ja ja. Saludos.
Yo rajo plástico tanto de vinilos como de CD's y me produce la misma sensación de estar abriendo un regalo... por eso, el que me lo hayan regalado antes, y en ínfima calidad y sin saber con que ánimo a través de la red, me resta emoción. Lo respeto, pero no comulgo.
Saludos
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