Sonando: Losing my religion de R.E.M.
jueves, noviembre 04, 2010
Shalom Auslander, prepucio parlanchín
Mi última lectura ha sido el divertidísimo volumen de Shalom Auslander publicado por la siempre exquisita Blackie Books, Lamentaciones de un prepucio. Auslander es un osado. De eso no hay duda. Atacar tan frontalmente la religión es cosa de valientes. Está claro. Y más si te acercas a posturas integristas como, por ejemplo, el judaísmo. Es hilarante leer las visicitudes de un tipo criado en la ortodoxia judía que se convierte en un adicto a las hamburguesas del McDonalds, a la pornagrafía y a los porros de marihuana. Hasta a Dios debe hacerle gracia su punto de vista porque Auslander es capaz de girar la tortilla y convertir actos relativamente trascendentes en ridiculeces de parvulario (que durante el Sabbath los judíos no puedan andar por la hierba porque si se les pega una brizna en el zapato y la trasladan a otro sitio puede considerarse que están labrando y eso es trabajar es un buen ejemplo de ello). Como siempre que hablo de un libro no desvelaré mucho más. Sólo léanlo si tienen ganas de ver una postura divertida hacia algo tan solemne como la religión. Y, sobre todo, abiertos, muy abiertos, de mente.
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4 comentarios:
Gran editorial...sí, yo tengo un libro exquisito... tengo que comprar más, es que la crisis pega fuerte ;)
pues yo creo que donde está una mente abierta, es la que sabe comprender que alguien tenga sus creecias religiosas. Nadie te obliga a creer ni a profesar ninguna religión, pero creo que es de sentido comun, no mofarse de ellas, siempre que no afecten a terceros, por supuesto. Es como aquellos que se jactan de no ser creyentes católicos, y luego celebran la navidad, con regalitos y santa claus,cuando paradógicamente se le celebra el nacimiento de cristo. Que celebren la fiestita solidaria en agosto, pues. Y luego, los no creyentes, al morirse, en seguida van sus familiares a que les entierren por la iglesia, siguiendo su coherencia no creyente, deberian no molestar ni al cura, ni a su parroquia.Como ésto no es "moderno tope guay", igual lo eliminas,no se cuán tolerante serás.
Yo voy de música, pero cuando me tocan algunos temas, salto, lo siento
Aquí no se elimina nada klyn. Faltaría más. Cada uno tiene su opinión y es igual de respetable que la de los demás. La mía es que pocas cosas hay menos tolerantes que la religión. No negarás que la anécdota de la brizna de hierba no es, cuanto menos, curiosa. Yo me he criado en una familia ultracristiana. Mi madre sigue yendo a misa los domingos pero con los años me he formado mi propia opinión. Creo que si la religión aprendiera a reírse de sí misma le iría mucho mejor todo. Y este libro lo hace. Pero insisto, es mi opinión y puedo estar equivocado...
Abrazos
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