El gusto de escuchar a Hendrik

Muchos sois los que habéis preguntado, ya sea por aquí, o a través de mensajes privados por el nuevo disco de Hendrik Röver. Yo que pensaba que casi nadie miraba la canción que pongo cada día al final de los posts y resulta que sí que lo hace mucha gente. Bueno, a lo que íbamos...La respuesta es sí. Hay disco nuevo de Hendrik. Bueno, disco, discazo. En mi opinión mejor que Esqueletos. Mucho mejor. Por todo. por canciones, por enfoque, por producción y por sonido.

¿Por qué yo lo tengo? Porque me he marcado una preciosa entrevista con él para el Ruta que saldrá en el mes de julio y servidor saca pecho cuando asegura no haber hecho ninguna entrevista a nadie sin antes haber destripado su disco. Creedme. En los tiempos que corren es para estar orgulloso de mantenerse ahí. Dignificando la profesión. Dando pie a que los músicos que han pasado por tu grabadora no tengan problemas en volver a hacerlo. Con una excepción, de la que no voy a hablar porque no quiero hacerle publicidad a gente que no se la merece y que piensan que son más de lo que nunca serán. Y ese encuentro negativo me hace valorar más encontrarme a gente como Röver. Dispuesto a charlar. A ayudar. Entiendo que para los músicos las entrevistas puedan llegar a ser un tostón. Incluso comprendo que, a veces, los pilles en mal momento. Todos los tenemos. Pero es de inteligentes darse cuenta que es lo que hay. Que es improtante que se hable de tu disco. Y si es bien pues mejor ¿no?

Volviendo, que divago. Disco del copón. Temazos enormes. Uno ya se puede oir en su web. «No temáis por mí». No, hijo, no. Con canciones así no hay nada que temer. «Casa abandonada», «Hermano», «Mi mansión», «Cambio de aires»...Buff. Grandes. El tío está en plena forma. Mejor que nunca diría yo. Maduro y firme. Si fuera Steve Earle este sería su I feel alright por empaque. Si se disfrazara de Tom Petty este es su Wildflowers por canciones. Sunken Treasure de Jeff Tweddy en espíritu. Domestic Blues de Bap Kennedy en esencia ¿Sabeis qué? Hendrik cada vez me recuerda más a Jim Lauderdale (que por cierto tiene nuevo y enorme disco, Patchwork River). Por muchas cosas. Pero, sobre todo, por una. Porque es un grande que morirá, probablemente, en un injusto segundo plano. Yo creo que él lo sabe y se resigna. O más que eso es que tiene suficiente con seguir haciendo buenas canciones. Porque ante todo es un MÚSICO. Así, con mayúsculas. Y, a fin de cuentas, los músicos hacen música. Si encima es tan buena es como para estar más que satisfecho contigo mismo. Y para colmo, el gusto es nuestro. Que afortunados somos.

Sonando: Cambio de aires de Hendrik Röver