Seguimos. Dos años después de su For The Beauty of Wynona, Daniel Lanois se mete de lleno en la producción del nuevo disco de la gran Emmylou Harris y consigue el quen para muchosn es el mejor disco de la carrera de la gran Emmy. Un disco grandioso que, curiosamente, no fue apoyado por su compañía y eso le llevó a no ser un éxito de ventas en su momento, aunque ahora aparece entre los trabajos más vendidos de la Harris.
Lanois hace con la mujer del cabello de plata algo parecido a lo que había hecho un año antes Rick Rubin con Johnny Cash y el incio de las American Recordings. Incluso un poco más o, cuanto menos, diferente. La convenció para que creciera. Para que evolucionara. Para que se dejara llevar por las canciones de otros artistas. Quizá ahí no fue tan valiente como Rubin con Cash y no le plantó a Emmylou delante canciones de NIN o Soundgarden. Él buscó a músicos más afines. Le mostró a una mujer, en el ocaso demasiado temprano de su carrera, a gente como Steve Earle, Rodney Crowell, Lucinda Williams, Gillian Welch o Julie Miller junto a clásicos como Neil Young, Jimi Hendrix o Bob Dylan. Le dijo “estas canciones están hechas para ti” y añadió un par de cosecha propia como la espectacular «Where Will I Be» que abre el disco. Se rodeó de los suyos. Otra vez la voz de Daryl Johnson ayudando y haciéndose esencial, Tony Hall, Malcom Burn….Si es que coges cualquier canción, miras los créditos y te echas a temblar. En el «Sweet Old World» de Lucinda Williams están juntos la propia Sweet Lu, Steve Earle, Neil Young y el batería de U2, Larry Mullen Jr, que aparece en casi la mitad de las canciones del disco ¿Y Emmylou? Excelente. Dejándose llevar. Casi diría que aprendiendo cosas a sus casi 50 años. Entendiendo que allí mandaba Lanois y que el sonido era cosa suya. Y demostrando que canta como nadie. Que su voz es insuperable y que es una de las más grandes. Simplemente.
Los discos de Emmylou nunca serían iguales y todas sus producciones posteriores le deben mucho a este Wrecking Ball. En el siguiente Red Dirt Girl contaría con Daryl Johnson como músico y canciones de Guy Clark, Patty Griffin y Rodney Crowell, este repitiendo. Además sus propias composiciones se dirigían hacia ese sonido con la producción de Malcom Burn, seguidor y aprendiz de Lanois y una de sus manos derechas pues ha tocado desde en Acadie de Lanois hasta el Oh Mercy de Dylan.
Sonando: Every Grand of Sand de Emmylou Harris
2 comentarios:
Precioso uno de sus mejores trabajos y Lanois es muy responsable de esto!
saludos
Si señor, un disco de ruptura e innovación. Uno de aquellos momentos en que sientes que el productor es realmente parte inseparable del resultado final. Un saludo.
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