Este no es uno de esos
discos que se me olvidó incluir en mis listas de lo mejor del año. Es que
simplemente no lo he oído hasta ahora. De haberlo hecho estaría, sin duda, muy
arriba en las mismas. André Herman Düne
abandonó Herman Düne después de grabar Giant
en 2006 y creo Stanley Brinks, un alter ego que pretendía adecuar mejor a
su manera de entender la música. Él mismo aseguraba en la canción que daba nombre
a este nuevo personaje que había abandonado a sus amigos y s había convertido en un enemigo de la sociedad.
Desde entonces, Brinks, que reside habitualmente en Berlín, se ha convertido en
un impredecible y más que interesante artista que ha brillado, especialmente al
lado de los fabulosos The Wave Pictures.
La banda de David
Tattersall, Franic Rozycki y Jonny Helm es una de esas maravillas que de tanto
en tanto nos da el rock inglés. Comparados habitualmente con los mismos Herman
Düne o Violent Femmes, el grupo ha construido una carrera impecable afianzada
disco a disco cuyo siguiente paso, a punto de ser editado, los llevará a
nuestros escenarios el próximo mes de marzo.
La primera colaboración con
Stanley Brinks data de 2009 y, desde entonces, no han parado de hacer cosas
juntos. Gin es la última de ellas. El
folk lo-fi también llamado anti-folk de Brinks adopta tintes más rockeros y
bluesies al lado de la banda de Wymeswold. Lo hace con diez canciones que
entran con una facilidad pasmosa y que hacen que no pares de para de escuchar
el disco, de forma adictiva, una y otra vez. Quizá lo mejor del lote,
curiosamente, sea «Spinola Baby», tema que no canta Brinks sino Jonny Helm pero
«Parking Lots» o «Time For Me» no le andan a la zaga. Disculpen que les deje
pero voy a darle al play de nuevo.
Sonando: Spinola
Baby de Stanley Brinks & The Wave Pictures
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