domingo, noviembre 02, 2014

Music Spy Club, una forma "diferente" de oír música



El otro día aproveché un pequeño tiempo muerto que me dio esta maldita faringitis que intenta infructuosamente acabar conmigo para acercarme, al lado de casa, a la que desde aquí proclamo la mejor biblioteca del mundo: el Vapor Vell en pleno barrio de Sants. No solo es enorme y tiene un amplio catálogo de cualquier estilo literario, sino que además cuida, y mucho, la música y el cine. Su catálogo de libros musicales es insuperable y creo que no existe en ninguna otra biblioteca de Barcelona. Y su catálogo musical no para de crecer (servidor ha colaborado incluso con donaciones). Además tienen vinilos en préstamos. Sí, sí, vinilos. Y con mucho gusto escogidos ¡Hasta a Morcillo el Bellaco y Los Rítmicos podemos encontrar! Y lo digital ya quita el hipo: la colección entera escaneada de Ruta 66, Vibraciones y un largo etcétera.

Uno de los actos que organizan periódicamente responde al nombre de Music Spy Club y consiste en que alguien de renombre se acerca a poner sus 10 canciones favoritas de los últimos 12 meses (Antonio Arias, María Rodés, Joan S.Luna o Miguel Noguera han sido algunos de sus participantes). Una manera diferente de oír música, ciertamente. Sin otra cosa que hacer, con los móviles en silencio, las luces apagadas y con apenas la luz de unas velas. El musicólogo da sus razones para el tema elegido y lo pincha con el único objetivo de ser escuchado. Ignacio Julià fue el encargado de la última sesión y entre sus escogidos no faltaron Beck, Jeff Tweedy o Ray Lamontagne. Servidor no pudo evitar pensar cuánto tiempo hacía que no me dedicaba “solo” a escuchar música. Piensen.

Sonando: Young but Daily Growing de Bob Dylan & The Band

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