Como saben los habituales a esta bitácora, este fin de semana lo he pasado
en Bilbao, presentando Bob Dylan. La Trilogía del tiempo y el Amor en Power
Records y viendo el concierto de Quique González y Lapido. Tiempo habrá de
hablar de lo que ha sido un fin de semana espléndido en todos los sentidos,
peor ahora voy a concentrarme en el viaje de tren ¿qué hacer durante 14 horas
(7 de ida y 7 de vuelta) en un tren?
Vaya por delante que me encanta ese medio de transporte, mi favorito, sin
duda. En primer lugar permite leer, aunque yo eso, esta vez, no lo he hecho
mucho. Ningún libro, solo artículos en revistas y prensa del día. Dormir es
otra de las posibilidades, y también lo he aprovechado. Pero las nuevas
tecnologías me han llevado a centrar la ida y la vuelta en los audiovisuales.
Para empezar, espera en la Estació de Sants con el Ridin’The Rails de Johnny Cash en los auriculares. La freakada del
viaje no podía faltar. Y en cuanta el tren arranca se enciende mi netbook y…
Amanecer en el planeta de los simios. ¿Cómo se me ocurre? Quería algo ligerito pero
vaya pelmazo de película. Larga como un día sin pan y con poco que aportar más
allá de efectos técnicos. Un bluff.
Tu voz entre otras mil. El documental sobre Antonio Vega que tanta
polémica ha despertado. Algún buen momento, mucha droga y poca música ¿era eso
Antonio? No lo sé, no lo conocí, pero es imposible no sentir una sensación
extraña al verlo ¿desazón? También me pareció que le sobraba metraje.
Con eso se llega a Abando, toca repasar la vuelta….
Jersey Boys. La polémica y criticada nueva película de Clint
Eastwood sobre la vida de Frankie Valli. Pues a mí me gustó y confirmó lo que
dice Alfred Crespo en Ruta 66, que solo le sobran los 5 minutos finales. El resto
es más que disfrutable.
Sonic Highways. Me chupé los tres primeros capítulos de los
documentales de Dave Grohl y la grabación del nuevo disco de los Foo Fighters. Sin
ser fan de la banda me parece una idea cojonuda eso de grabar una canción en
cada ciudad dejándose influir por ella y sus grupos, y los capítulos están muy
bien. El segundo, dedicado a Washington, me interesó algo menos, pero el
primero basado en Chicago y el tercero dedicado a Nashville son canela en rama.
Sonando: Waiting
for a train de Johnny Cash
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